El BM Logroño ha caído ante el Ademar de León (26-34), en su primer encuentro tras el confinamiento por COVID-19. Ha sido, con total seguridad, la tarde más extraña en toda la temporada. Un encuentro difícil de calificar, con una orgía ofensiva en la primera parte y una segunda mitad marcada por las decisiones arbitrales y donde los riojanos han pagado el desgaste.
Los riojanos se quedan en quinta posición con 38 puntos, y a cuatro puntos de Europa, frontera que marca el Huesca (42), aunque con dos partidos más que los riojanos. El Granollers se coloca cuarto con 41. Tanto oscenses como vallesanos han ganado y complican las cosas a los franjivinos. La próxima cita de los de Miguel Ángel Velasco será ante el Cangas (domingo, 19:00).
Volvían los franjivinos a la pista después de casi un mes sin competir y el regreso ha significado un gran tute físico. Ambos equipos han saltado a la cancha como si no hubiera un mañana, para dejar un 20-19 al descanso. Agustín Casado ha llevado la voz cantante en ataque durante los primeros minutos, mientras los goles subían sin cesar, muchas veces en solo segundos (7-6, minuto 9). En ese frenesí, Rangel Luan ha marcado pequeñas brechas en el marcador con sus paradas.
Foto: BM Logroño/Juanjo Acobi
El brasileño ‘secaba’ su portería y como respuesta, los hermanos Cadarso han explotado los contragolpes (10-7). Lejos de amainar, el ritmo del partido seguía al alza. Moreira recogía el testigo en la ofensiva franjivina, mientras los leoneses hacían lo propio con Gonzalo Pérez Arce (17-14). Los riojanos han podido romper el partido antes del descanso, pero no han sabido aprovechar la doble inferioridad de su rival. A vestuarios, con un golazo de Delcio Pina para cerrar el parcial.
Todo ha cambiado en el segundo acto. Más diésel, Ademar ha esperado su momento y beneficiarse del poco rodaje de Logroño tras el confinamiento. Los colegiados tampoco tenían su día y todos los factores se han puesto en contra de Logroño. El acierto en ataque se ha disipado de forma espontánea y además, Slavic ha dado una exhibición en la portería visitantes, enterrando progresivamente las ilusiones logroñesas (25-28).
No salía nada y los últimos minutos solamente han servido para colmar de impotencia a unos riojanos exhaustos. Nadie entendía las decisiones del árbitro en la pista, muchas veces inverosímiles. Pero más allá de eso, es muy difícil ganar un partido con seis goles a favor en la primera mitad. Ademar ha sabido explotar la debilidad local para salir vencedor. Logroño tendrá que reponerse, porque esta maratón todavía es muy larga.
