UD Logroñés

Vivir el fútbol en tiempos de pandemia: casas, bares y terrazas

Sábado a las cuatro de la tarde. Un horario atípico para el fútbol. Aún así, el Logroñés-Cartagena se ha vivido en diferentes bares y rincones de la ciudad. Tras el recibimiento en Las Gaunas, una comida, una reunión de amigos y el fútbol como razón para socializar (en este caso sufrir). Logroño y La Rioja quieren acostumbrarse al fútbol profesional y el ambiente va calando. Poco a poco, a cuentagotas; el logroñesismo empapa la ciudad. Una pena por aquello de la pandemia y el no poder ir al estadio.

No es la afición más numerosa, pero ha demostrado en muchas ocasiones que nunca falla. En las buenas y en las malas. Muchos hinchas que apenas han escuchado nada de los Polster, Abadía o Salenko, pero que quieren vivir su propia historia con la UD Logroñés. Su logroñés. Ya vivieron (a distancia) un ascenso el pasado verano y, ahora, quieren ser testigos de una permanencia histórica. No será en las gradas, pero sí en las calles como se ha desmotrado este sábado.

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