Agricultura

El mercado oleico pierde fuerza en el primer trimestre de 2021

El mercado oleico pierde fuerza en el primer trimestre del año

El mercado oleico pasa por uno de sus peores momentos desde que comenzó la pandemia. Mientras los primeros meses de convivencia con el virus se vivieron desde los trujales con ilusión ante la subida de las ventas, el hundimiento durante este primer trimestre de 2021 desmoraliza al sector.

“El año pasado dimos salida a mucho aceite a través del canal ‘online’ y también por teléfono, con un crecimiento de hasta el 25 por ciento, pero estos tres últimos meses se aprecia un parón muy grande. La gente tiene mucha incertidumbre económica porque ya está cansada y no sabe durante cuánto tiempo se va a alargar esto. Antes venían y te pedían cinco cajas; ahora se llevan una caja o dos garrafas”, reconoce Sara Pérez desde el Trujal 5 Valles de Arnedo.

Las sensaciones a corto plazo fluctúan en función de los próximos movimientos de fichas por parte de las administraciones sanitarias: “Si en los próximos meses se relajan algo las medidas podremos retomar un poco el nivel de ventas e incluso la venta directa desde el propio trujal; pero si no, la cosa seguirá muy estancada”. Para el aceite riojano todavía se hace más cuesta arriba recuperar posiciones en el nivel de ventas, ya que se coloca en una gama superior a los aceites andaluces en cuanto a precios se refiere.

Sin embargo, la cosecha en el sur no ha sido del todo buena. “El aceite que se recolectó tras el paso de la borrasca Filomena por la península no salió bueno. Así que ahora los aceites virgen extra están incrementando mucho su precio en origen, lo cual nos puede beneficiar en el sentido de que podremos equipararnos en el mercado de cara al verano. Eso es lo único que nos puede salvar a corto o medio plazo si tenemos en cuenta la comercialización nacional”, apunta Sara.

Olivar de la Almazara Ecológica de La Rioja

Manolo Catalán, por su parte, opina que cada vez las campañas de la aceituna salen peor y que, por tanto, provocan ese incremento de precios en todas las variantes del aceite, teniendo en cuenta también que “ahora es más caro producir mientras que la demanda de la sociedad se ha enrarecido y la gente ya no consume lo de antes”. Factores que determinan un mercado que para la Almazara Ecológica de La Rioja arrancó 2021 de una forma más “ajustada y temerosa”, pero que comienza a palpar un repunte de pedidos con la entrada de marzo.

En su caso, el cierre de 2020 no ha reflejado grandes variantes en términos de facturación, “prácticamente ha sido similar al ejercicio anterior”, porque mientras ha perdido algún canal importante como las visitas turísticas, se ha compensado con la aparición de nuevos clientes y refuerzo de canales. “Estamos apreciando un inversión de los valores y ahora es mucho mayor el aceite que se consume en casa”, valora.

“Con la llegada de la pandemia hemos visto que el canal ‘online’, uno ultracorto y directo, ha venido para quedarse. En este y en la venta directa hemos apreciado un notable aumento durante 2020, aunque no así en la exportación. Este mercado supone el 50 por ciento de nuestra facturación, pero apenas ha variado sus niveles porque depende de la distribución mayorista y minorista que hace llegar el producto al consumidor final”, apunta Catalán.

Con una cosecha 2020 “buenísima”, solo queda esperar el momento para dar salida a este aceite de tan buena calidad. Desde la Finca Malzapato, que este año celebra su décimo aniversario, la empresa Lácteos Martínez coincide en esos canales de comercialización claves durante la pandemia: “En lo ‘online’ el crecimiento ha sido bastante fuerte, mientras que en exportación hemos sumado incluso nuevos clientes”. Ángela Montoya, del departamento de Marketing, relaciona la caída en facturación durante los últimos meses con un “comportamiento natural de la curva de ventas que se ha experimentado en todos los sectores”.

“Sobre todo hemos notado el bajón porque la campaña de Navidad es muy importante para nosotros, debido a nuestra producción de quesos, que también ofertamos junto al aceite. Aunque enero fue sin duda un mes malísimo, parece que ahora estamos empezando a ver la luz”, considera. Un arranque, sin embargo, que se aprecia “muy lento” con respecto al inicio de 2020 a pesar de la potencia con la que han irrumpido los aceites de la campaña 2020, “unos con mucho carácter”.

“Para nosotros el aceite es un producto ‘top’ en visitas a la hora de hacer catas y si los clientes no pueden probar el aceite, tampoco tienen opción a comprarlo”. Ante esa incertidumbre en el mercado y también hacia las restricciones sanitarias, Lácteos Martínez apuesta por dedicar tiempo a nuevos proyectos y líneas de trabajo: “Ahora nos estamos enfocando a adquirir más distribuidores y en incorporar nuevos puntos de venta físicos de aceite”.

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