La Rioja

Las Cuevas de los Cien Pilares de Arnedo vuelven a resurgir

La presidenta del Gobierno de La Rioja, Concha Andreu, ha participado este viernes en la inauguración de la segunda fase del Complejo de las Cuevas de los Cien Pilares junto con la consejera de Agricultura, Ganadería, Mundo Rural, Territorio y Población, Eva Hita, y la directora general de Desarrollo Rural y Reto Demográfico, Nuria Bazo.

Una obra ya finalizada que ha contado con una inversión de 200.000 euros y que en palabras de la presidenta Andreu “impresiona por ser el testimonio excavado en la roca arenisca del valle del Cidacos, de la presencia humana desde hace siglos. Estas cuevas han servido a los pobladores de esta zona como refugio, como lugar de oración, como viviendas, como palomares, como herbolario… y ahora también como atractivo turístico”.

Y es que, a partir de este fin de semana, el público podrá visitar un complejo que es realidad “fruto del alto grado de trabajo, colaboración y voluntad política de todos los agentes implicados para lograr el aprovechamiento de los fondos LEADER”, ha explicado Andreu.

En este aspecto, la líder del Ejecutivo ha destacado la figura del alcalde de Arnedo, Javier García, por “su apuesta decidida por la recuperación y conservación del patrimonio histórico de la ciudad”. Una apuesta, ha añadido la presidenta, “sensata e inteligente”.

Andreu ha remarcado la importancia que tiene que los poderes públicos no desatiendan el patrimonio, porque “conocer nuestras raíces y nuestra cultura nos ayuda a avanzar como individuos y también como sociedad”. Asimismo ha tildado de “inteligente” el hecho de activar recursos turísticos de alto valor añadido “en este momento en el que la pandemia golpea con dureza a muchos sectores importantes de nuestra economía”.

La líder del Ejecutivo regional se ha retrotraído al pasado para señalar y destacar el importante paso que la ciudad de Arnedo ha dado con la reforma de las cuevas, y es que “hace 40 años, las cuevas de los 100 Pilares estaban abandonadas o servían como almacenes precarios o como corrales para perros abandonados, mientras que hoy se han convertido en el orgullo de la ciudad”.

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