La presidenta del Gobierno de La Rioja, Concha Andreu, ha descartado este lunes aliviar las restricciones sociales decretadas hasta el próximo 23 de febrero. A preguntas de los periodistas, la líder del Ejecutivo regional ha recalcado que la situación actual “sigue siendo mala”, por lo que aún es pronto para flexibilizar las medidas decretadas hace dos semanas.
“Hemos comprobado que los cierres de determinados negocios y la limitación de la movilidad hacen que los casos bajen”, ha valorado Andreu, subrayando que “la presión asistencial sigue siendo muy complicada”.
En estos momentos La Rioja está en una incidencia acumulada de 960 casos por cada cien mil habitantes, unos niveles epidemiológicos prácticamente idénticos a los del 20 de enero, cuando se tomaron las medidas más restrictivas para la comunidad (de 962 casos por cada cien mil habitantes).
Es cierto que la tendencia es radicalmente distinta ahora que entonces: el 20 de enero La Rioja registraba 2.492 casos activos por COVID-19 y este lunes los casos han bajado hasta los 1.762. Pero también es radicalmente distinta la presión asistencial entre estos dos momentos: la UCI del Hospital San Pedro atiende hoy al doble de pacientes que hace dos semanas.
