Emocionados e ilusionados. Así han recibido este miércoles los sanitarios del Fundación Hospital de Calahorra (FHC) las primeras vacunaciones contra el COVID-19. Un total de cincuenta sanitarios han recibido la primera dosis.
La primera en hacerlo ha sido una doctora de Atención a Domicilio. María Jesus Soria. Nerviosa por todos los medios que se arremolinaban a su alrededor, la doctora ha dejado claro que se trata de un acto de responsabilidad tras todo lo vivido en los últimos meses. “Estoy más nerviosa por vosotros que por la vacuna”, decía nada más salir de la salita en la que se van a llevar a cabo las vacunaciones en el hospital.
Entre los primeros vacunados también ha estado el enfermero José Manuel Ube. “Creo que es un ejercicio de responsabilidad con la comunidad, de compromiso. Hay que tener en cuenta todo lo que se ha invertido y todo lo que se ha trabajado para llegar a este momento. Es el momento de poner freno a esta pandemia que está provocando tantos estragos y el personal sanitario tenemos que dar el primer paso para llegar a esa inmunidad de rebaño que tanto se persigue”.
Ube ha explicado que a cada paciente que recibe la vacuna se le dan unas explicaciones con los posibles efectos adversos, “que son los mismos que los de cualquier otra vacuna: hinchazón en el brazo, algún dolor de cabeza… nada diferente a la vacuna de la gripe, por ejemplo”. Asimismo, ha recordado que lo importante es tener en cuenta que no será hasta pasado unos días de la segunda dosis (dentro de tres semanas) cuando se generen los anticuerpos.
“Han elegido a personas que estamos más en contacto directo con los pacientes de COVID-19. Ayer nos llamaron por teléfono y nos dieron cita para hoy. Todos lo hemos tomado con mucha ilusión porque es importantísimo vacunarse”, ha añadido este enfermero del hospital calagurritano.
Uno de los momentos más emocionantes ha llegado con Marisa Aldama, auxiliar de Enfermería de Urgencias: “Esto es como ver un poco la luz. El principio del fin de un momento en el que lo hemos pasado muy mal. Que se acabe cuanto antes. Hay que animar a la gente porque es la única manera de que volvamos a tener una vida como la que teníamos antes. Con esto evitamos que la gente se ponga malita”.