La Rioja

Lucha por una ley trans en La Rioja: “Somos una realidad y no pediremos permiso para ser”

“Somos una realidad y no pediremos permiso para ser”

Con motivo de la celebración del Día Internacional de los Derechos Humanos, la asociación Marea Arcoíris de La Rioja pone de manifiesto que “los derechos trans también son derechos humanos”. En la actualidad, La Rioja es una de las tres únicas comunidades autónomas que no cuentan con un texto legal que ampare a este colectivo, “al que pertenecemos personas transgénero, transexuales y personas de género no binario”. Álvaro Villar, portavoz de Marea Arcoíris, explica que durante la pasada legislatura se tramitó un Proyecto de Ley. “Gracias a los palos a las ruedas tanto del Partido Popular como de Ciudadanos, no se pudo llevar a cabo y por tanto el texto no prosperó”.

Con el fin de esa legislatura y el nuevo acuerdo de PSOE, Izquierda Unida y Podemos, volvió a ponerse sobre la mesa la aprobación de la Ley Trans riojana, un estatuto de igualdad y reconocimiento a la identidad sexual, la expresión de género y los derechos de las personas trans y sus familiares. “El precepto fue registrado en noviembre de 2019 y en octubre de este 2020 se ha aprobado la tramitación parlamentaria de la Ley que ahora mismo ha pasado a una comisión”.

¿Qué supone la ley?

Este colectivo persigue, sobre todo, un avance en derechos a nivel educativo, sanitario y laboral, así como la lucha contra las transfobia, “ya que están contempladas una serie de sanciones para todo tipo de discriminación”.

En cuanto a la situación sanitaria, la desprotección es total. “Una persona trans está a la buena voluntad de su médico de cabecera. Si te toca uno comprensivo y sensibilizado con este tema, te derivará sin ningún problema al endocrino y al psiquiatra. Sin embargo, se están dando muchos casos en la región, sobre todo en pequeños municipios, donde los médicos ponen todas las trabas del mundo y no te facilitan nada el proceso. Esto desemboca en experiencias desagradables y violentas”, detalla el portavoz de Marea Arcoíris.

Una vez abierta esa puerta, el psiquiatra deberá completar un informe de disforia de género. Es decir, “un documento donde prácticamente te dicen que estás enfermo o que tienes un trastorno. Precisamente esto es lo que a nivel estatal se está intentando eliminar, además de todas las trabas burocráticas. Creemos que sería suficiente poder iniciar el proceso de cambio simplemente con la voluntad del paciente”, añade Álvaro Villar. Una transformación -eterna para muchos y muchas- que conlleva dos años de hormonación. “A partir de esos 24 meses ya puedes modificar tu nombre en el registro y en el DNI”.

En materia de educación, la Ley trans persigue que a los alumnos se les llame por su nombre sentido y no por el que aparece en su documento de identidad. “Somos conscientes de que en varios centros educativos de la región ya se está haciendo, más concretamente en los públicos. Pero hay que tener en cuenta que la influencia de la Iglesia Católica en La Rioja dentro de este entorno es muy fuerte”.

Reivindicaciones en el Día Internacional de los Derechos Humanos

La Asociación Marea Arcoíris de La Rioja ha organizado este jueves un acto de calle bajo el lema “Los derechos trans, son Derechos Humanos”. En él se ha leído un manifiesto que contemplaba la idea de que “si naces en el lado equivocado de lo que se considera normal, los derechos hay que pelearlos. Y para pelearlos todo lo que tenemos es comunidad”.

“Sin comunidad, todas nuestras luchas están perdidas. La comunidad protege, ayuda a crecer, garantiza que los individuos puedan desarrollarse con seguridad y sin verse expuestos a ataques y violencias. La realidad es que hay niñas y niños trans; jóvenes trans; y personas adultas trans. El espacio que tenemos hoy es el que conquistaron centímetro a centímetro las personas LGTB que nos precedieron. No debemos edulcorar la realidad; seguimos siendo disidentes. Nuestra sola existencia en el espacio público incomoda. Seguimos habitando los márgenes de la historia. Nos toca recordar que no somos una ficción. No somos una teoría de la academia. No somos un objeto de debate. Somos una realidad y no pediremos permiso para ser”.

Además, han recalcado que hay muchos frentes abiertos en la lucha del colectivo trans, pero podrían resumirse en uno: derechos. “Hay mucho que hacer en materia tanto sanitaria como laboral, y un índice altísimo de violencia tanto institucional como social que hace necesaria esta lucha”. Dos ejemplos han reflejado esta afirmación. “La tasa de intentos de suicidio en personas trans es del 41 por ciento, mientras que la de la población general es del 1,6 por ciento, lo que nos da una idea de la violencia social a la que se enfrenta el colectivo. Un ambiente hostil”.

“Cuatro de cada diez personas trans han intentado suicidarse, independientemente de su posición social o formación. Un 80 por ciento de las personas trans está en paro. Cuando se trata de mujeres trans, sobre todo migrantes, el porcentaje sube a 86. Esto nos indica que hay mucho camino por recorrer hasta que los Derechos Humanos sean efectivamente iguales para todas las personas”.

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