Ha llegado el momento de hacer repaso mental del año, que, por suerte o por desgracia no nos ha dado mucha tregua para portarnos mal, así que Papá Noel y los Reyes Magos van a tener trabajo.
O eso esperamos, porque los cuatro tienen ya una edad y con esto del coronavirus son personas de riesgo pero, que no cunda el pánico… son magos ¿no? En eso confían las jugueterías de Logroño ya que, este 2020, “la cosa está muy parada. A partir del Black Friday se está empezando a notar más movimiento y esperamos que después del puente la cosa se anime más. Al fin y al cabo regalos y Navidad tiene que haber”, explica Eloy Rodrigo, encargado de Toy Planet.
Los trabajadores de este sector coinciden en el escenario de incertidumbre que se está viviendo y saben que la crisis provocada por el COVID ha hecho mella en los bolsillos de la gente. “Somos conscientes del panorama que hay. Muchos ERTE, personas en paro, en definitiva, situaciones difíciles en muchas familias”, señala Isabel de Juguettos.
El escenario no es muy halagüeño y las compras se limitan mucho, “pero intentaremos salvar la campaña como sea”. El cierre perimetral de la capital riojana se ha notado demasiado, lo que ha hecho que la venta online “sujetara” algo el sector. “La gente tiene miedo, no quiere hacer filas y en cuanto ven un local con un poco de gente rehúsa entrar. Normal por otra parte. En Juguettos estamos trabajando con la iniciativa Click and Collect, con el fin de que hagan sus comparas por Internet y solo tengan que recogerlas. Es más, este año no envolvemos regalos para que no se formen filas en la caja. Hay que parar esto de alguna forma”.
El negocio del juguete ha cambiado sus costumbres y ya antes del confinamiento “vimos cómo la gente gastó mucho más que otros años en las mismas fechas. Veían que las horas en casa se iban a hacer eternas así que los juegos de mesa, puzzles y manualidades se vendieron de maravilla. Además, los vales que la FER sacó en verano se notaron mucho y nos dieron un respiro”.
Y después del confinamiento había que premiar a los niños que tan bien aguantaron el encierro. “Cuando volvimos a abrir se vendieron muchos juguetes como ‘premio’ al buen comportamiento de los más peques”.
Juguetes COVID
Tal y como destacan Eloy e Isabel, en este 2020 no ha habido ningún juguete que haya despuntado de forma singular. “Sí que están muy de moda los Superzings, pequeños muñecos coleccionables con forma de objetos cotidianos o alimentos que visten capa y antifaz. Si tienen ojos blancos son superhéroes y si los tienen amarillos es señal de que son supervillanos”. Además, alrededor de ellos se ha creado todo un mundo: cuartel, camión, estación de policía…
Otra novedad es la vuelta de la muñeca Rosaura. Un ‘rivaval’ de los años 80 con más de un metro de altura y, por supuesto, con una moda y un aspecto actual. Y en esta misma línea, Baby Alive, una muñeca ¡que crece de verdad! transformándose de recién nacido a bebé y a niña mayor. “Estas se están empezando a agotar ya”, señala Isabel.
Pero, ¿qué ha sido -y sigue siendo- lo más significativo de este año? Efectivamente, el coronavirus. Tampoco ha pasado desapercibido en el universo de los juguetes. Los tiempos se adaptan para que los niños sean más conscientes de la situación a través de sus muñecos y fomenten el cuidado y la atención a los enfermos.
Los conocidos bebés interactivos, los Bellies, llegan con su ‘Virus Tester’ para asegurarse de que los más peques puedan “curar” el COVID. Con un playset completo, los niños pasarán a sus bebés por tres zonas diferentes para averiguar qué les pasa.
En primer lugar medirán su temperatura y llevarán a cabo una extracción de sangre. Más tarde, los introducirán en una cápsula que, según la luz, les indicará si el bebé está enfermo o no y, por último pasarán por la zona de recuperación donde, gracias a un refresco revitalizante, suero, electrodos… terminarán con su recuperación.
