La reapertura de la hostelería este domingo en Logroño ha sacado a la población a la calle a tomar ese vermú que muchos echaban en falta. Sin embargo, la zona de La Laurel y la San Juan han estado alejadas de ese ambiente con calles donde los viandantes han paseado junto a los agentes municipales de la Policía Local que se han acercado para comprobar que esas restricciones que horas antes generaban indignación entre el sector hostelero se cumplían.
En un momento de la mañana se ha producido un malentendido en el interior de uno de los bares de la zona cuando los agentes han advertido de que las mesas altas no podían estar tan cerca de la barra ya que, según el CECOR, “no se pueden adosar mesas a la barra salvo que se separen de la barra lo suficiente como para garantizar que la separación entre los usuarios sentados y el camarero de la barra sea superior a la distancia obligatoria de 1,5 metros”.
Un malentendido motivado por la interpretación de esa distancia y el punto desde el cual se ha de medir. En este sentido, el presidente de la Asociación Hostelería Riojana, Francisco Martínez Bergés, ha recalcado que dicha distancia se calcula contando la de la cámara, “más la distancia de la barra, más los 15 o 20 centímetros que separan la mesa de la barra y eso ya da la distancia de seguridad con el camarero y los consumidores”.
