Sucesos

‘El gordo y el flaco’, en la calle: indignación y miedo entre sus víctimas

El pasado 18 de octubre, Policía Nacional se hacía eco de la detención en Pradejón de ‘El gordo y el flaco’, dos atracadores especializados en asaltos con arma blanca y a punta de pistola de supermercados en La Rioja.

Los detenidos, dos varones, de 56 y 53 años de edad con domicilio en la localidad de Mendavia (Navarra), se trasladaban para cometer sus atracos a diferentes localidades riojanas, donde llegaron a perpetrar cuatro delitos de robo con violencia e intimidación y un robo con violencia e intimidación en grado de tentativa, sirviéndose para realizar sus atracos de un arma corta de fuego y diferentes armas blancas.

Este miércoles se cumple un mes del operativo y, tras el juicio, ‘El gordo y el flaco’ han quedado en libertad, lo que ha provocado una enorme ola de indignación entre los trabajadores de los supermercados que atracaron.

“Entre las franquicias del supermercado nos habíamos avisado por si aparecían, así que estábamos alerta”, relata una de las personas a las que intentaron asaltar antes de ser arrestados. “Cuando les vi entrar en mi supermercado, en seguida supe que eran ellos. Me había dejado unas vueltas en el mostrador por si llegaban no tener que abrir la caja, ya que ese era el momento en el que podrían atracarme y por eso me libré”, cuenta.

Su colaboración fue mayor: “Me escondí y les hice fotos a ellos y al coche y las pasé directamente a la Policía. Gracias a un arduo trabajo por parte de los agentes, y después de un seguimiento intenso, les pillaron en Pradejón… y todo para que al final no haya servido para nada”, lamenta.

“No entendemos cómo los han podido dejar en libertad, ya que cuando los pillaron llevaban encima pistola, armas blancas… Son unas personas peligrosas que ya están otra vez en la calle”, señala.

El miedo gana terreno

A la indignación se suma el miedo. “Al final, compañeros de otros supermercados tuvieron que testificar en el juicio y ahora tienen miedo de que puedan repetirse los atracos o, incluso, que les puedan realizar destrozos en las tiendas”, explica. “No puede ser que después de cuatro atracos y la tentativa de un quinto, en menos de un mes ya estén de nuevo en la calle, y no lo entendemos nosotros ni lo entiende la Policía, que hizo un trabajo exquisito”.

Un trabajo intenso de la policía y una magnífica colaboración ciudadana que ahora, lamentan los empleados de los supermercados, ha quedado en agua de borrajas.

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