CARTA AL DIRECTOR

“Dirán que hicieron lo que había que hacer… para llevarnos a la catástrofe”

Presidentes de comunidades autónomas afirman sin rubor y con orgullo que no les temblará la mano si tienen que tomar medidas más duras. Imbuidos de un espíritu autocrático y desprovistos de cualquier indicio de democracia, pronuncian cada sílaba de esa frase con rotundidad y énfasis. A un dictador sangriento no le tiembla el pulso para firmar una condena de muerte, para exterminar a una etnia incómoda o para liquidar de un plumazo a la oposición.

Pero un dirigente democrático, si se ve obligado por las circunstancias o simplemente porque confía en que su decisión es la correcta, debería ser más empático y mostrar su disgusto, su tristeza por tener que tomar una medida que va a provocar perjuicios, algunos severos, a sus ciudadanos. Y ha de ofrecerles al menos alguna esperanza de que las cosas mejorarán.

Sin embargo, en esta escalada autoritaria que estamos viviendo, sin sustento en la evidencia científica, pero apoyada por expertos alejados de la realidad y con el mínimo atisbo de empatía en sus mentes, la emulación de los modos de los sátrapas es percibida como algo positivo, como un plus de calidad en la gestión política.

Ahora ha llegado el turno al toque de queda y se escucha otra vez eso de no me temblará el pulso. Alguien tiene una ocurrencia y una docena de memos lo siguen. Pero todo ha de hacerse con un tono serio y grave, poniendo la cara del que sabe, como diría Agustín García Calvo.

No se tiene el mínimo respeto por los ciudadanos, se les trata como niños o, lo que es peor, como súbditos obedientes y sumisos. Cuando el futuro llegue con sus manos frías y su dolor amargo, ellos descansarán felices y dirán que hicieron lo que había que hacer… para llevarnos a la catástrofe.

*Puedes enviar tu ‘Carta al director’ a través del correo electrónico o al WhatsApp 602262881.

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