El Rioja

Rioja cierra la vendimia con 401 millones de kilos de uva en bodega

Se acabó la vendimia más atípica de la historia en la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja. Este martes, justo dos semanas después de generalizar la campaña en las tres zonas de la denominación, el Consejo Regulador la ha cerrado ‘oficialmente’ con 401.245.883 kilos de uva en las bodegas.

La comparativa con la añada anterior arroja un ‘superávit’ de uva de casi diecisiete millones de kilos (la campaña se prolongó quince días, uno más que la actual), pero la cifra sigue muy lejos de los 486 recolectados en 2018, en una vendimia catalogada como “estratégica” por el Consejo.

Este cierre ‘oficial’ de campaña no ha sorprendido a muchos bodegueros que a fecha de este martes ya tenían recogida toda la uva de esta cosecha. “El pasado jueves terminamos de meter uva en bodega y ya estamos con los descubes y las prensas. Se hablaba de una vendimia adelantada y así ha sido, a pesar de que algunos nos retrasamos un poco en el comienzo a la espera de conseguir unas buenas maduraciones fenólicas “, explica Pablo Sampedro desde Bodegas Covila en Lapuebla de Labarca.

Su gerente señala que el acelerón se pegó, sobre todo, hace dos fines de semana cuando pronosticaban abundantes lluvias y la gente se dio prisa por vendimiar todo lo que pudiera: “En tres días se cortó lo que de normal se corta en seis o siete”. Sampedro resalta que “este año lo único que quería la gente era terminar cuanto antes”. Y así ha sido. Tantea que igual queda alguno por meter uva en Labastida o Cuzcurrita, zonas que suelen ser tardías, o algunas de las grandes bodegas que “tienen por ahí” gracianos o garnachas más tardías.

Más acelerados van en Pérez de Urrecho, donde incluso han acabado de prensar la uva. Siete días desde que dieron por finalizada la vendimia en Galbárruli pero con menos uva en bodega. “Todos los años tiro racimos al suelo, pero este ha venido acompañado de piedra que nos ha reducido la producción al 70 por ciento”, cuenta el bodeguero. Sin embargo, el buen color, aroma y graduación de las uvas “avecina una buena añada”.

En Rioja Alavesa tampoco van rezagados. Kepa puso punto final a la cosecha este viernes después de estar algo más de dos semanas recorriendo las viñas de Navaridas. Y ha sido de los últimos de su zona, aunque algunos todavía metieron uva el fin de semana. “En dos días la uva ha pasado de no tener un punto de maduración adecuado a estar perfecta para cortar”, apunta el agricultor. Una cosecha corta pero interrumpida en el tiempo por la inestabilidad meteorológica. Sin embargo, la calidad es superior a la esperada, “y el precio también”, remarca, “por lo que la vendimia ha trascurrido con otra cara”.

A partir de hoy mismo, aquellos viticultores que tengan aún algún viñedo sin vendimiar deberán ponerlo en conocimiento del Órgano de Control del Consejo Regulador antes de cortar la uva -tal y como establece el apartado 10 de las Normas de Campaña de Vendimia-, aportando los datos de producción prevista de sus cultivos, así como su ubicación (localidad, polígono y parcela). Para ello, deben contactar con el Consejo a través del teléfono 941 500 400, de lunes a viernes y en horario de 8 a 14:30 y de 16 a 18 horas.

Además, desde este mismo martes, las uvas que se elaboren fuera de la localidad tendrán que ser pesadas en origen y destino en presencia (en ambos casos) de un veedor del Consejo Regulador. En el caso del pesaje de la uva en origen, la Calificada exige que se realice en la báscula de su cooperativa cuando el titular de la tarjeta sea socio de la misma, en la báscula municipal de la localidad del viñedo o del titular de la tarjeta cuando no sea socio de una cooperativa; o en otra báscula de la localidad con vigilante del Consejo o en la báscula municipal más próxima al lugar de vendimia (cuando no exista una en la propia ubicación del viñedo), “siempre de conformidad con el Servicio de Veedores del Consejo Regulador”.

Las subzonas

Pese a la diferencia favorable de 17 millones de kilos entre la vendimia de 2019 y la actual, en las bodegas de Rioja Alta han ‘clavado’ la cantidad de uva recepcionada el pasado ejercicio: entonces entraron 186.612.869 kilos y en la ‘vendimia del COVID’ la cifra se ha cerrado en 186.818.879 (161.894 kilos de uva tinta y 24.924.513 kilos de blancas).

Rioja Oriental ha sido la segunda zona más productiva de nuevo, con 121,8 millones de kilos (12,5 millones de kilos más que el pasado año), de los cuales 109,3 se corresponden con uva tinta y 12,5 millones, de uva blanca.

Respecto a Rioja Alavesa, también se incrementa la producción en algo más de 4,2 millones de kilos para alcanzar los 92.641.261: 84,2 millones de kilos de tintas y 8,4 millones de kilos de blancas. En términos relativos, Rioja Alta aporta el 47 por ciento del total de uvas de la Denominación (dos puntos menos que en 2019), Rioja Oriental un 30 por ciento (dos puntos más que el pasado año) y Rioja Alavesa el 23 por ciento restante (la misma proporción que en la Vendimia 2019).

Respecto a las previsiones de la calidad de la uva, algunos viticultores no dudan en calificar de “excelentes” sus primeras elaboraciones tras una cosecha algo más tranquila que las anteriores en términos exclusivamente agrícolas (las gestiones para alejar la pandemia merecen mención aparte).

No son malos mimbres para una labor que deberán rematar ahora en bodega los enólogos para que la Vendimia 2020 permanezca en el recuerdo por algo más que por la incorporación de la mascarilla al tradicional abanico de herramientas para la cosecha.

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