El Rioja

Los espumosos irrumpen con fuerza en el reino del tempranillo

Bodegas Bilbaínas se abre al horizonte de esta reciente categoría de Rioja con una larga trayectoria a sus espaldas

Maite Calvo posa con las dos marcas de espumosos de Bodegas Bilbaínas

La incorporación de una nueva normativa que amparaba la elaboración de vinos espumosos en la Denominación de Origen Calificada Rioja irrumpió con fuerza a principios de 2019. Apenas dos años después, Bodegas Bilbaínas ha querido hacerse eco de esta categoría con dos vinos, Lumen Brut Reserva 2017 y Royal Carlton Brut y Brut Nature.

Una apuesta que fue novedosa a principios del siglo XX, cuando un maestro champagnero traído de Reims (Francia) comenzó a elaborarlos en la bodega, pero que ahora se presenta como renovada para formar parte de este sello distintivo. “Somos pioneros en la elaboración de espumosos, anteriormente denominados ‘champagne’, y siempre hemos mantenido los tradicionales métodos de elaboración para conseguir un vino base con muy buena acidez y un grado alcohólico lo más ajustado posible a la baja para que, tras la segunda fermentación en botella, deje un lía fina y genere un vino redondo”, apunta la directora técnica de Bodegas Bilbaínas, Maite Calvo.

En concreto, destaca el recorrido de Lumen, cuyo nombre homenajea al pueblo de Haro por ser una de las primeras ciudades españolas que recibió iluminación eléctrica en sus calles. Es el único ‘blanc de noirs’ cien por cien garnacha que existe, que, tras comercializarse hasta 1995 como ‘champagne’ y después como cava, vuelve ahora completamente renovado: “Cuando se crea la categoría de ‘Espumosos de Rioja’ decidimos aunar el concepto del Cava Pomal surgido en 2013 y ‘blanc de noirs’ con la tradición histórica de Lumen que acompaña a la bodega desde 1913. Casi un año después de su lanzamiento refleja un gran éxito de ventas gracias a ese perfil organoléptico y calidades cualitativas que le permiten competir en una cata a ciegas con cualquier ‘champagne'”.

La historia de Royal Carlton ha sido más estable desde su nacimiento en 1920. Sin emabrgo, recientemente ha cambiado de Denominación para volver a los orígenes. “Una vez nos adscribimos como ‘Espumosos’ dejamos de pertenecer a la DO Cava porque es incompatible, pero teníamos claro dónde queríamos estar y qué es lo que nos identifica más. Al fin y al cabo, somos productores y elaboradores riojanos, siendo Bodegas Bilbaínas una buena representación de la enología y viticultura riojanas, por lo que fuimos los primeros en abanderar esta nueva categoría”, recalca la directora técnica.

Empleados de Bodegas Bilbaínas sacando cajas de uva en un viñedo de Haro.

Por el momento, no hay más proyectos consolidados dentro de esta rama, pero Calvo insiste en que ya tantean nuevas ideas que mantengan encendida su inquietud. Mientras, la vendimia del COVID en esta bodega sigue su ritmo con casi la mitad de la campaña realizada. En el meandro del río Ebro, en plena frontera con Rioja Alavesa, las labores culminan en la finca Vicuana con los trabajadores sacando ya las cajas cargadas de uva. En esta viña de cinco hectáreas son dos las vendimias que se han realizado en busca de unas maduraciones diferentes de máxima calidad, todo ello de la mano de una cuadrilla de quince trabajadores de origen maliense afianzada a las labores en viñedo.

Daniel Alfonso, técnico de campo en Bodegas Bilbaínas.

“Son un equipo fidelizado y bien formado que lleva en Bilbaínas el tiempo suficiente para conocerse bien la viña y los trabajos que esta requiere durante todo el año agrícola. Aprenden continuamente y para nosotros es una tranquilidad tener siempre a los mismos porque la base ya se la conocen”, explica el técnico de campo de la bodega, Daniel Alfonso. Algunos se alojan en una casa habilitada por Bilbaínas, mientras que otros ya han asentado en Haro para residir durante todo el año gracias a la estabilidad que la bodega les proporciona.

Poco a poco se van convirtiendo en expertos de la poda, la espergura, y la vendimia, conociendo las necesidades de las cepas y los racimos, así como sus repentinos cambios motivados por la fortuita meteorología. Como buen ejemplo está esta campaña 2020, donde el granizo y el mildiu han cogido el timón del desarrollo de la vid. “Se prevé que sea una vendimia no demasiado larga en el tiempo, pero estresante, dura y muy intensa con la vista puesta en el cielo”, señala Alfonso.

Uno de los trabajadores de Bilbaínas en la viña Vicuana.

Que la uva viene sana está más que claro, pero el técnico de campo de Bodegas Bilbaínas apunta a un pequeño desequilibrio en la maduración fenológica y enológica, mientras que la alcohólica se mantiene estable: “Las pepitas se muestran un poco verdes, entreveradas, con diferentes grados de maduración debido a la incidencia de las tormentas, y lo mismo sucede con la pulpa, que se encuentra muy pegada a la pepita, lo que indica que no ha completado el ciclo por el estrés que han sufrido las cepas, acuciado también por las temperaturas de verano que no favorecieron una correcta maduración”.

Queda la mitad de la uva por recoger, pero desde la bodega ya indican que esta vendimia no dejará unas uvas de calidad excepcional. “Las últimas semanas con temperaturas frescas han favorecido mucho para concluir la maduración fenólica, pero estas recientes lluvias no ayudan después de que esta zona haya sido golpeada por la piedra en tres ocasiones”, aclara Alfonso.

Subir