El Rioja

La vendimia de las mascarillas: “Estamos demostrando que se puede si quieres”

Con 340 millones de kilos de uva recogidos, el Rioja constata una satisfactoria evolución de la vendimia 2020 en términos de maduración y estado sanitario del fruto. No obstante, en materia operativa y de procesos, los rigores de la pandemia han marcado las labores de una cosecha compleja. Los estrictos protocolos de seguridad forman parte de la normalidad para proteger la salud de todos los colectivos involucrados en la cosecha.

El director general del Consejo Regulador, José Luis Lapuente, ha explicado que se ha trabajado para contribuir a una vendimia que, aunque ciertamente atípica, sea recordada como segura. “En un momento tan crítico, era absolutamente necesario diseñar protocolos que establecieran procesos seguros y a su vez garantizaran agilidad para los operadores”.

Lapuente ha destacado el alineamiento que se ha producido de los distintos agentes, entre los que incluye a las administraciones públicas y a los distintos operadores de la Denominación. “Todo con el objetivo común de proteger la salud de los temporeros, los trabajadores y los visitantes”.

En el seno del Consejo Regulador se han realizado pruebas preventivas sanitarias a todo su personal, tomas de temperatura y dotación de equipos de protección individual (EPIs) a los más de doscientos técnicos que participan en las labores de pesaje, control y seguimiento de la vendimia y al personal administrativo. Este organismo también ha confeccionado los protocolos de actuación en virtud de los riesgos de cada uno de los colectivos y sus pertinentes planes de contingencia.

También el servicio de atención a bodegas y viticultores ha reforzado su seguridad. Para ello han implementado restricciones de aforo, señalética y flujos de tránsito en las oficinas. La instalación de mamparas y dispensadores de gel hidroalcohólico han sido otras de las medidas.

Las sesiones de formación para nuevos técnicos de vendimia, habituales en esta época del año, se han llevado a cabo en grupos reducidos. “Cada equipo cuenta con herramientas especiales adaptadas a las necesidades de su tarea”, ha explicado Pablo Franco, director del órgano de Control del Consejo Regulador.

“Yo como enóloga me he visto condicionada por la situación. Hemos tomado varias medidas como desinfectar de forma especial las tarjetas de viticultor y se les dan guantes”, explica Eva de Benito. “Dentro de bodega, nuestro equipo tiene que tener medidas de seguridad. Nuestro modo de trabajo es individual y tenemos turnos. Con esas medidas y mucha cabeza por parte de todos conseguimos minimizar las posibilidades de contagio”.

Eva de Benito (enóloga de la DOCa Rioja)

A pie de viña habla Magda Clavijo (técnica de campo). “Hemos tenido dos tipos de medidas: unas en vivienda y otras en el campo”. Antes de llegar a la viña se les tomaba la temperatura a los trabajadores. “Si alguno daba más de 37 grados, se quedaban en casa él y toda su vivienda”. Antes entrar al campo, ha relatado, hicieron PCR a todos.

“Sólo entramos cuando tuvimos los resultados. De hecho, tuvimos uno dudoso y no entró hasta que se le repitió. No hemos tenido ningún susto y esperemos que la vendimia rara sea solo este año. Que la vendimia de las mascarillas se quede en el 2020”. Además, ha enviado un mensaje de apoyo a todos los vendimiadores que están con sus mascarillas. “Estamos demostrando que se puede si quieres y que es todo por el bien común. Este año nos merecemos un Rioja”.

Irene Marín, trabajadora en la vendimia riojana, reconoce que este año está siendo un poco raro. “Estamos seguro por trabajar con protocolos y medidas de seguridad”, ha señalado, mandando también mucho ánimo a todos los vendimiadores que están en esta situación. “Esperemos que el año que viene la cosa esté mejor.

Laboratorios y viñedos también han implentado los protocolos de seguridad. En ellos se ha generalizado el aislamiento de los grupos de trabajo mediante turnos, creando comunidades burbuja de individuos que no comparten espacios ni horarios. Por otro lado, las doscientas bodegas de Rioja abiertas al enoturismo se han adaptado a las nuevas normativas y restricciones sanitarias. Entre las medidas adoptadas: reducción de aforos y grupos de visita, así como potenciar actividades al aire libre y en viñedo.

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