Uno de los iconos más reconocibles del Camero Viejo posiblemente sea la estatua que se erige en el centro de la plaza del municipio soteño y que alcanza la cifra redonda de cien años. El 9 de septiembre de 1920 quedó inaugurado este monumento en honor de D. Juan Esteban de Elías, uno de los tantos soteños, cameranos y demás riojanos que emigró a América, que amasó fortuna y que además no olvidó cuales fueron sus raíces.
Cuenta ‘sotoencameros.info’ que Don Juan nació en el año de 1746 y emigró a México convirtiéndose en gran terrateniente y se dedicó principalmente a la ganadería. Durante su vida mostró su perfil más humano y solidario, apadrinando varias obras de beneficencia durante su residencia en Veracruz y Jalapa.
“El 16 de marzo de 1811 envía su última carta dirigida a don Simón de Ágreda y a don Clemente Fernández, sus albaceas en España, en los que les anuncia, entre otros, su deseo de que se funde una escuela de primeras letras con un buen maestro para que les enseñe a todos los muchachos a leer, escribir y cantar, que reciba el maestro a todas las criaturas que vayan a ella desde la edad de tres años para adelante, y también ha de recibir a todos los muchachos que vayan de los pueblos de las cercanías sin que se les cobre cosa alguna para la enseñanza”, detalla.
Murió D. Juan el 26 de marzo de 1811 dejando además de las escuelas otras varias fundaciones a beneficio de sus paisanos. Los fondos para la construcción de las escuelas no llegaron hasta 1821 siendo en el mes de abril cuando definitivamente la Villa cedió terreno que poseía en la plaza principal. Mientras tanto, la Academia de San Fernando se encargó de certificar los planos del edificio empezándose a construirse durante ese mismo año.
El edificio (ahora Ayuntamiento de Soto) levantado finalmente en 1822, fue creado como ‘Establecimiento público de primeras letras’, inscripción que sigue recogiendo su fachada principal. La planta baja está dominada en el exterior por un conjunto de arcos ‘los Portales’ que dan a la plaza, en el piso primero era donde se encontraban las tres escuelas: párvulos (oeste), chicas (este), chicos (sur); y la última planta se dedicó a viviendas. Las escuelas abrieron sus puertas el día 1 de marzo de 1824 y en 1825 atendían a 210 niños y 100 niñas.
En recuerdo y homenaje de este ilustre soteño, en el centenario de la construcción del tan popular edificio soteño, sus paisanos realizaron “una colecta” para erigir un monumento al impulsor de la emblemática obra. Se consiguieron fondos a través de una “doble suscripción popular entre 1917 y 1920. Los donativos fueron hechos por 489 personas siendo la mayor aportación en metálico 322 pesetas, 88 personas entregaron su donativo en pesos americanos y se llegó de esta forma a la suma de 13.726 pesetas.
El segundo día de las fiestas patronales de 1920 se inauguró la estatua ocupando un lugar predominante entre las antiguas escuelas y el popular Casino. Cien años después ahí sigue estando y estará Don Juan Esteban de Elías.
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