La Rioja

Enfermera escolar, “el profesional ideal para gestionar el COVID en los colegios”

A tres días de que comience el curso escolar en La Rioja, la Comunidad Autónoma se enfrenta a uno de los momentos clave de esta pandemia: lograr una vuelta al cole segura y libre de nuevos rebrotes por COVID-19. Con muchísima incertidumbre y modelos diferentes por cada autonomía, aquellos alumnos que vieron parada su actividad hace ahora seis meses regresan a las aulas en un escenario en el que los contagios no dejan de aumentar y los padres, madres o tutores de estos menores dudan sobre cómo se podrá prevenir la infección comunitaria dentro de los colegios.

Con 17 normas distintas, el Colegio de Enfermería de La Rioja, quiere poner de relieve la importancia de que el regreso de los alumnos se haga con total seguridad. “Por la propia idiosincrasia de los niños y jóvenes, debemos extremar todas las precauciones para evitar la transmisión del SARS-CoV-2 en los centros educativos y que no se conviertan en un nuevo foco de contagio. Esto, sin duda, pasa por el control que deberían realizar en La Rioja las enfermeras escolares, figura clave ya antes, pero todavía más ahora para prevenir y detectar posibles casos de COVID-19 en los colegios”, afirma Javier Soldevilla, vicepresidente del Colegio de Enfermería de La Rioja.

Con muchas dudas y no poca inseguridad, la comunidad educativa se va a enfrentar a uno de los cursos más complicados. Con el objetivo de dar las recomendaciones sanitarias más acertadas e intentar reducir el riesgo de contagio, la Asociación Nacional e Internacional de Enfermería Escolar (AMECE) y la Asociación Científica Española de Enfermería y Salud Escolar (ACEESE), junto al Instituto Español de Investigación Enfermera y el CGE, han lanzado el ‘Plan estratégico de Enfermería escolar para la prevención COVID-19 en los centros educativos’ y la ‘Guía de recomendaciones para el reinicio de las clases en los centros educativos’, respectivamente.

Profesional ideal

La existencia de la enfermera escolar supone contar con “el profesional ideal para dar atención asistencial, asesorar, gestionar, detectar y prevenir cualquier problema de salud que afecta a la población escolar, dando seguridad al profesorado y a los padres” -afirma Soldevilla- ya que “estos profesionales son los más idóneos para detectar síntomas y signos en los alumnos y personal adulto docente y no docente”.

El inicio del próximo curso debe ser seguro y desde el Colegio de Enfermería de La Rioja destacan que “no podemos poner en peligro la salud no sólo de los más pequeños, sino de sus familiares o convivientes por no atajar el problema desde el principio y poner las medidas necesarias para ello. Es imprescindible que, desde las autonomías, pero también desde el Gobierno central se pongan todos los mecanismos a funcionar. Nos jugamos muchísimo con esta vuelta a las clases y no se puede dejar nada a la improvisación, ya que afectaría también a la actividad laboral de los padres y por tanto a la economía en general”, resalta el vicepresidente.

Y es que la educación, tal y como se conocía hasta ahora, debe dar un vuelco de 180 grados. La comunidad educativa tiene que estar preparada para la nueva normalidad y las aulas o la manera de dar las clases también deben adecuarse a ellas. Además, es necesario contemplar situaciones particulares como las escuelas infantiles o las de educación especial.

También habrá que fijarse en las características propias de cada edad. Así, no será lo mismo tratar con niños de 0 a 6 años que con adolescentes. “La población infantil presenta determinadas características como la imposibilidad de controlar la emisión de secreciones o de adoptar medidas de higiene personal que pueden facilitar el contagio. Entre los adolescentes de 12 a 18 años nos encontramos con unas características inherentes a su proceso madurativo que les hacen un grupo de especial vigilancia”, reza el plan estratégico.

Posibles positivos

Junto a todas estas reglas, también debe ponerse en marcha un protocolo de aislamiento y tratamiento a posibles casos positivos COVID-19. En el caso de detectar síntomas, debe ser el tutor o profesional que establezca el equipo directivo el que acompañe al menor hasta una sala de aislamiento, desde donde se hará una valoración y se avisará a los servicios sanitarios y a sus familiares indicándoles que deben contactar con el centro de salud o donde indique Salud Pública. “En posibles positivos, un profesional como la enfermera sabe cómo actuar y cómo gestionar la situación de la mejor manera posible”, asevera Javier Soldevilla.

En definitiva, la enfermera escolar, como miembro de la comunidad educativa y personal sanitario cualificado es el profesional idóneo para ser el Coordinador COVID en los centros educativos, será esencial en estos momentos para la planificación de la reapertura de los centros y garantizar (proporcionar) el cuidado de los menores y ofreciendo de manera continua consejo sobre la educación para la salud. “En la fase previa de apertura del centro educativo, la enfermera escolar debe informar al equipo directivo de todas las consideraciones sanitarias que crea pertinente aplicar en el colegio, según las directrices de Salud Pública, para garantizar la seguridad de los estudiantes y trabajadores, así como las estrategias y mecanismos para la vigilancia y atención de los estudiantes, especialmente los más vulnerables. Además, colaborará en la evaluación de los recursos materiales idóneos con los que debe contar el centro para instaurar las medidas de prevención necesarias y requeridas por las instituciones sanitarias (material de higiene, material de protección de los trabajadores y alumnado, termómetros, etc.) y propondrá medidas sanitarias para la disposición de los espacios”, explica Natividad López.

Protocolo

Asimismo, en el Plan Estratégico se expone que la enfermera también planificará y presentará el protocolo de actuación en el caso de un posible COVID-19, diseñará un registro de las personas vulnerables de la comunidad, será el nexo entre el centro y los servicios asistenciales y se encargará de la promoción de la salud y la prevención mediante la instauración de programas completos de educación para la salud.

La incertidumbre y una mala gestión de esta vuelta al cole sólo puede suponer un resultado nefasto para el número de contagiados y con ello, un retroceso en el control de la pandemia. Por este motivo, el buen hacer en los próximos meses en los centros educativos pasa, sin ninguna duda, por la implantación definitiva de la enfermera escolar en todos los colegios de España.

Tolerancia cero con el estigma

Las enfermeras escolares y los centros educativos en general deben tener presente la posibilidad de que el contagio por COVID-19 traiga consigo un estigma para aquellos menores que están infectados e incluso para los que ya han pasado la enfermedad. Con el objetivo de evitar esta estigmatización, se hace muy necesaria la educación para la salud que realizan estas profesionales sanitarias. Concienciar y enseñar a la población escolar es clave en momentos tan difíciles como estos, en los que la información falsa y los bulos llegan de manera frecuente a través de internet o de los propios teléfonos móviles.  En el caso de que esos comportamientos persistieran, el colegio debe estar preparado para atajar esta situación y tomar las medidas oportunas.

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