El Rioja

¿Vendimiadoras o temporeros? Opiniones a pie de campo en un año complejo

Llegó el esperado mes para viticultores y bodegueros donde se pone sobre la mesa, a vista de todos, si el trabajo de todo un año ha sido fructífero o no. A pesar de los tiempos que corren, el COVID-19 no va a lograr parar la vendimia, que, aún con paso lento, avanza ya por la mitad más oriental. Lo que sí se espera que se vea alterada es la forma de realizarla. “Muchos de los que pueden hacerlo, bien sea por medios o por el tipo de plantación que tienen, no dudarán en optar por una vendimia mecánica para ahorrarse problemas”.

La creación de un plan de prevención y contingencia para cada explotación, la recomendación de contratar en proximidad, la realización de pruebas PCR y la toma diaria de temperatura a los trabajadores, la desinfección constante y la rigurosa limpieza de los alojamientos habilitados, así como la valoración del cumplimiento de las medidas por parte del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales son algunos de las causas que motivarán la decisión.

Así lo creen los viticultores riojanos, pero son conscientes de que esta situación tendrá más repercusión en las regiones de Rioja Alta y Rioja Alavesa que por su propia orografía, con sus pendientes y las pequeñas parcelas plantadas al vaso, es inviable el uso de vendimiadoras. Es más, muchas bodegas de esta zona se dedican a hacer vinos de una calidad superior, por lo que el trabajo en campo ha de ser más fino y selecto, pero sobre todo, manual.

La empresa de maquinaria para vendimiar que José María Ruiz gestiona junto a su hermano Santiago recorre durante los casi dos meses que dura la vendimia viñedos en Rioja Oriental y Rioja Media (donde trabajan), en su mayoría, propiedad de bodegas. “Por el momento, no notamos diferencia respecto al año anterior por un aumento de clientes, pero creo que será en plenas vendimias cuando muchos se decidan por la vendimiadora ante el riesgo sanitario y quebraderos de cabeza que supone traer cuadrillas de fuera”, apunta Ruiz.

Otro factor determinante son las previsiones cuantitativas para esta campaña, ya que las máquinas no recogen la totalidad de la producción. Desde Rioja Oriental aseguran que “este año hay algo más de uva, por lo que no importa que se pierda parte porque las bodegas ya tienen reservas”. En Rioja Alta y Alavesa ocurre casi lo contrario, el mildiu y el granizo han hecho de las suyas con mucho más ahínco y la producción se ha mermado, pero las bodegas también registran un incremento de sus stocks.

Con o sin restricciones

A pesar de las nuevas medidas de seguridad impuestas para los agricultores empleadores, son muchos los que van a mantener sus cuadrillas habituales esta campaña. “Para el tinto voy a traer a los cuatro de siempre. Haciéndoles las PCR antes de darles de alta, y si todo va bien, en dos semanas hemos vendimiado y campaña hecha. Es más, hay más riesgo de contagio en otros espacios sociales que en el campo y cinco personas”, señala Gonzalo desde el Valle de Ocón.

La máquina es una opción, y aunque tenga sus ventajas respecto a la mano de obra, no todos van a probarla este año en sus emparrados. Ernesto, de Alcanadre, ya lo tiene todo dispuesto para recibir a su cuadrilla de cuatro argelinos, que ya llevan tiempo trabajando en la zona, a la espera de que las inspecciones de Riesgos Laborales den el visto bueno a sus instalaciones que disponen de cuatro módulos individuales.

“Sé que es mucho más complicado traer a temporeros, pero tampoco es lo mismo una cuadrilla de cuatro que de treinta. Eso sí, calculo que antes de vendimiar ya habré gastado unos mil euros entre el plan de prevención, la visita al alojamiento, el informe de riesgos laborales, el material de desinfección y termómetro y la preparación de los módulos. Es más jaleo pero prefiero hacerlo a mano y ya que traigo a gente prefiero que vendimien tanto las viñas al vaso como las emparradas”, explica.

El precio, el gran condicionante

La situación en el mercado vitivinícola evidencia la caída de precios por el exceso de oferta. “Este año las bodegas van a poder comprar vino de calidad para elaborar sus mejores vinos a un precio más bajo. Además, van a tener vino de sobra en bodega para seleccionar aquel más óptimo para las variedades más superiores, por lo que no va a ser necesario que afinen tanto las tareas en campo”, considera José María Ruiz, justificando la tendencia por la que este año las máquinas se harán más presentes.

“Poco a poco las vendimiadoras se van abriendo hueco entre el sector, pero nunca podrán suplantar la mano de obra en su totalidad. Tocará verlas convivir de la mano porque los intereses son diversos. La máquina puede coger uva para vinos muy buenos destinado a crianzas, pero si se quiere conseguir una calidad alta a un precio superior, la vendimia a mano es la clave”, recalca Ruiz.

Subir