A pesar de ser una de las regiones más pequeñas de España, La Rioja encierra un océano de posibilidades para los amantes de la bicicleta, sea de carretera o en BTT. Desde la suave ribera del Ebro hasta las altas estribaciones del Sistema Ibérico, todo cabe en poco más de 5.000 kilómetros cuadrados. Rutas para todos los gustos y niveles a lo largo de la región. Desde caminos relajados sin desnivel, hasta auténticas maratones por pendientes imposibles y frondosos bosques. Y si la pendiente es excesiva, siempre existe la opción de la e-bike. ¡Tú decides!
La Sierra de Cameros es una zona ideal para la bicicleta de montaña. Bien lo sabe Roberto Martínez, del centro BTT Nieva – Montemediano y El Rasillo: “Lo que hace que La Rioja sea un paraíso es la diversidad de bosques y montañas que tenemos en nuestra zona, la creación de nuevos senderos y el clima tan bueno que tenemos. Tenemos temporadas de lluvia, pero incluso en esa época se puede practicar sin problema este deporte”. Martínez apunta hacia las zonas de Ezcaray y Arnedo como otras zonas muy recomendables: “El entorno de Montemediano, Nieva y el Rasillo es un paraíso”.
El entorno de la Primera Villa Turística de la región es un vergel para el ciclismo. A través de la montaña, los Senderos de Gran Recorrido facilitan mucho las cosas. Los trayectos a San Millán de la Cogolla y Valvanera son los más recomendables, sin olvidar subidas como Santa Bárbara o Bonicaparra. Y para los más exigentes, las subidas hacia Valdezcaray – Tres Cruces o Cruz de La Demanda. Si todavía tienes ganas de más, ¡atrévete con el cordal de la Demanda! Y en Rioja Baja, no deberías perderte la experiencia de subir la Peña Isasa, con sus privilegiadas vistas sobre toda la comarca.
Terreno de sobra para la ‘flaca’
David Sánchez, presidente del Club Ciclista Logroñés, valora muy positivamente las posibilidades de la región para : “Hay buenas condiciones por el tipo de carretera y la orografía que tenemos. Zonas llanas, puertos, media montaña, toboganes como Ribafrecha, carreteras majas de poco tránsito y muy cómodas”. La lista de recomendaciones es extensa. Para principiantes, la ruta típica es subir por Logroño, Lardero, Alberite, Albelda y Nalda. Si ya hay más nivel, las propuestas se disparan: “La vuelta por Sancho Leza, los valles del Najerilla, Iregua y Leza o la zona de Valvanera”.
Más allá de los ecos profesionales (La Rioja Bike Race, la Vuelta a España llega este año a Moncalvillo…), la región organiza numerosas carreras cicloturistas, como ‘Rioja y Pedal’, una clásica retro celebrada en torno al municipio de Cenicero, aunque aplazada por el coronavirus hasta el próximo 22 de mayo. Juan Carlos es integrante del club ciclista del mismo nombre y explica que el vino y el ciclismo pueden combinarse perfectamente: “Se puede alternar el ciclismo con las visitas a bodegas centenarias. Cuando el viñedo brota es muy bonito, también es interesante visitar los calados y las viejas bodegas familiares, algunas en desuso”.
“Tenemos caminos parcelarios muy buenos, incluso el GR del Ebro. Otras rutas interesantes son la abadía de Cañas, San Millán de la Cogolla y Clavijo”, explica. Lo bueno de esta región es que todo está a la vuelta de la esquina. Recorrer la tierra que vio nacer la lengua española y el euskera es todavía más fácil a lomos de nuestra bicicleta.