La Rioja

Logroño resiste como el oasis del videoclub en plena ‘era Netflix’

Tres videoclubes sobreviven a la ‘era Netflix’ en Logroño

Si alguien indagara en los orígenes profesionales de Tarantino se remontaría hasta un lugar que, año tras año, lucha por no caer en el olvido: el videoclub. La semilla cinematográfica de este director germinó entre estanterías repletas de VHS. Todos, hasta los títulos más alternativos, caían en las manos de un joven dependiente que consiguió un cine con sello propio y plagado de referencias con ‘Reservoir Dogs’ como materia prima. Locales que encierran miles de historias bajo carátulas de plástico, trabajadores cinéfilos conocedores de los gustos de sus clientes, que encuentran siempre una película que ofrecer.  Si se decidiera rodar una cinta homenajeando al séptimo arte, al estilo ‘Cinema Paradiso’, no se debería olvidar su paciente y sabia figura.

En plena ‘era Netflix’, la magia del videoclub se mantiene a flote en Logroño, donde en la actualidad sobreviven tres establecimientos abiertos: ‘Boom Video’, ‘La Cigüeña’ y ‘Arizona’. Desde el primero de ellos, ubicado en la calle Labradores, José Luis Omatos, recomienda cintas desde hace más de veinte años. “Las ventas van fatal”, reconoce. Al uso generalizado de plataformas digitales y televisión por cable en detrimento de estos locales se suma, además, el coronavirus. “Hemos pasado dos meses completamente cerrados y la gente sigue con más miedo que vergüenza, no consume nada de nada y mucha gente se ha visto en la ‘necesidad’ de usar plataformas digitales al cerrar nuestros negocios”. ¿Cuál es el secreto para mantener abiertas estas ‘trincheras’ cinematográficas? Divide y vencerás. Además del alquiler de películas, Omatos sobrevive con la venta de golosinas, también “de capa caída”. “Antes vendíamos chucherías a granel y hemos quitado ahora casi todo, a la gente le da ‘yuyu’ por la crisis sanitaria”, apunta.

Más de 1.000 títulos diferentes se acumulan en las estanterías de ‘Boom Video’ desde dos meses después de sus estrenos en la gran pantalla. Sin embargo, la crisis del coronavirus ha hecho que la industria cinematográfica haya optado por lanzar algunos de sus títulos directamente a una plataforma y, tras ella, a DVD, sin pasar por el cine. “Prácticamente no tenemos estrenos de películas, nos están llegando más títulos de segunda fila, ya que los grandes títulos del año los estaban reservando para cuando pasara esto y tampoco tienen una idea clara de lo que se van a encontrar”.

José Luis Omatos, propietario del videoclub ‘Boom Video’. | Foto: Nuria Pajares

Personas mayores y niños, un perfil muy variado, acude a ‘Boom Video’ en busca del valor añadido de las recomendaciones de José Luis. “Hay gente con la que ya tienes un cierto trato y sabes qué película le va a gustar o cuál no”, explica. “Pasa sobre todo con películas que ‘suenan’ mucho, como ‘Joker’; son productos buenos,  en los que el actor hace un trabajo destacable, pero te puede gustar o no y ahí ejerces un papel fundamental si conoces bien los gustos del cliente”. “Esto es recíproco, hay muchos clientes que conocen los míos y piden una recomendación de entre los estrenos”, agradece. Así, Omatos recomienda ‘The Gentlemen’, “una comedia del tipo de ‘Snatch: cerdos y diamantes’ enloquecida, del mundo gangster”.

La tecnología también contribuye a la resistencia. Omatos indica que a muchas carátulas se les ha añadido un código QR que, al escanearlo con el móvil, ‘traslada’ al móvil el tráiler de la cinta que alberga. “El público se ha vuelto más específico, pide estrenos o títulos determinados que se perdieron y quieren recuperar”. Géneros tan diversos como ‘Padre no hay más que uno’ y ‘Star Wars: El ascenso de Skywalker’ son algunas de las cintas más demandadas en este videoclub. Así, indica, triunfan “los ‘blockbusters’ de tirón”, mientras que “los títulos independientes, raros, tienen su público, pero ya menor”.

“Aguantas por la añoranza, pero ya no puedo más”

‘La Cigüeña’, en la calle homónima logroñesa, alquila películas de la mano de Pedro José Jimeno desde hace veinte años aunque, como este indica, antes de su llegada el local ya funcionaba como videoclub. Sin embargo, lo hará por poco tiempo más.”No tiene sentido seguir manteniéndolo”, lamenta, explicando que “mis clientes están cambiando, ahora van a por la prensa, las fotocopias y a la fotografía. Creo que para este otoño no tendré películas”. “He aguantado por la añoranza, por eso de decir no lo puedo quitar, tienes cuatro clientes que te vienen a alquilar, pero ya no puedo”. Al igual que Omatos, siente la escasa llegada de estrenos a su local, siendo estas cintas las que interesan a sus fieles, que las continúan alquilando.  Actualmente, alberga alrededor de mil títulos en sus estanterías.

Jimeno se emociona a recordar cómo el pasado miércoles entró una pareja al local con el objetivo de mostrarle a su hijo “la magia del videoclub”. “Querían que el niño eligiera la cinta y les dio pena cuando les informé de nuestro inminente cierre; ellos venían por la añoranza del videoclub”.

Cintas del videoclub ‘La Cigüeña’. | Foto: Nuria Pajares

El optimismo va por barrios

Tras el mostrador de ‘Arizona’ (en la calle General Vara de Rey), José Antonio Villanueva se muestra positivo, “remontando poco a poco” los dos meses que se mantuvo cerrado el videoclub. Los primeros en aparecer una vez abiertas las puertas con el levantamiento del estado de alarma fueron los padres con hijos: “Vinieron aquí y parecía que los habían liberado, me quedé sorprendido, creía que iba a ser peor”.

Las películas más alquiladas tras el confinamiento fueron, en consecuencia, de Disney, siempre una garantía para el público infantil. Dos títulos destacan entre los demás: ‘Espías con disfraz’ y ‘Onward’. Entre el público adulto, triunfan otros títulos como ‘El hombre invisible’ o ‘Aves de presa’. Aunque si el dependiente tuviera que recomendar un título, de entre los 3.000 que lo rodean, sería ‘Richard Jewell’, lo último de Clint Eastwood.

“La cosa no está para tirar cohetes, pero yo estaba muy asustado durante el confinamiento por las personas que se iban apuntando a Netflix y demás plataformas. Aunque de momento sigue acudiendo gente”, celebra. Estanterías con chucherías, refrigerios y videojuegos le proporcionan, también, ingresos. “Si solo tienes películas no llegas”, reconoce.

José Antonio Villanueva, tras el mostrador del Videoclub Arizona. | Foto: Nuria Pajares

El cierre de ‘el Chaplin’

A escasos minutos de ‘La Cigüeña’, en la calle Padre Claret, el videoclub ‘Chaplin’ guarda el descanso de los justos con la verja bajada. Fue el pasado diciembre cuando el local cerró, vencido ante la decadencia del sector. Ahora, su escaparate enseña baldas vacías, un cartel de ‘Se alquila’ y único letrero lateral, único vestigio de lo que fue: Chaplin.

Videoclub ‘Chaplin’ cerrado. / Fuente: Nuria Pajares

En pocas capitales de provincia españolas pueden presumir de contar con la densidad de estos negocios en los que no hace tanto tiempo convenía madrugar para no llegar tarde a la reserva de la película deseada para el fin de semana. Logroño es un oasis del videoclub regado por la añoranza. Aunque la resistencia no sea infinita y los vergeles, por muy frondosos que pudieran ser hace tiempo, en ocasiones acaban por secarse.

Subir