La Rioja

El taxi pide la certificación de la caída de servicios para acceder a ayudas

La ‘nueva normalidad’ causa estragos en los trabajadores del taxi en Logroño. Uso obligatorio de mascarilla, mampara protectora, prohibición de ocupar el asiento del copiloto, desinfección de asientos y un incremento en el número de clientes que pagan con tarjeta (han pasado de menos del 5 por ciento a la mitad del total) conforman la novedosa rutina.

Si bien, estos no son los aspectos más reseñables: “Hemos tenido una caída media de trabajo del 90 por ciento desde marzo”, lamenta Javier Vallilengua, presidente de La Asociación de Taxistas de La Rioja, gerente de Radiotaxi y vicepresidente dela Asociación Nacional del Taxi (Antaxi). Así, denuncia el “abandono total y absoluto” que ha sufrido  este sector por parte de las instituciones, un sector “que está dando el callo, que ha tenido que llevar a la gente a someterse a las pruebas PCR y que se ha adaptado a los protocolos de seguridad”.

Entre las demandas de los taxistas figuran la recuperación de las competencias sobre transporte urbano al Ayuntamiento de Logroño y ayudas económicas para subsanar esta grave caída. Así, Vallilengua afirma que ya mantuvieron una reunión con la presidenta de La Rioja, así como con el Ayuntamiento de Logroño. “No sé si es que no quieren hacer nada o están en contra totalmente de todo lo que tenga cuatro ruedas”, denuncia.

“Somos la provincia más abandonada con mucha diferencia”, anuncia el vicepresidente de Antaxi. Así, toma de ejemplo la Comunidad Autónoma de Madrid, donde la Dirección General de Transportes certifica que las bajadas de sus servicios son cercanas al cien por cien. “Con ello los  compañeros de Madrid han podido acreditar ante la Seguridad Social la bajada de trabajo para acceder a los 600 euros de ayuda para autónomos. Nosotros no podemos, porque nadie nos certifica nada”, compara. “Estamos trabajando cojos, mancos y tuertos por culpa de las Administraciones”, denuncia.

En el caso de transporte a personas que van a someterse a las PCR, Vallilengua afirma que no hay prácticamente contacto con el cliente gracias a la mampara protectora. “Una vez que dejamos al usuario en casa, con el desinfectante limpiamos la mampara y los asientos de atrás, no hay ningún problema”.

Otro frente abierto: las autorizaciones VTC

A estas condiciones de trabajo en la nueva normalidad se suma una lucha que los taxistas llevan librando desde hace tiempo: contra la competencia desleal de los Vehículos de Transporte con Conductor (VTC). En La Rioja todavía no operan compañías como Uber o Cabify, pero Vallilengua afirma que “actualmente hay tantas autorizaciones para VTC como taxis en Logroño”.

“Las autorizaciones de VTC no tienen reglamentación alguna, mientras que nosotros necesitamos la local, regional y nacional”, contextualiza Vallilengua. Con lo que esto conlleva: “Al carecer de restricciones, con una autorización VTC se puede conducir un coche de mil euros, mientras que, el taxista debe adquirir uno de mínimo 30.000 euros para comenzar a trabajar”. “No solo nos han hundido, sino que calculamos que nos han quitado más del cincuenta por ciento del trabajo telemático: para empresas, servicios de grúa, licitaciones…”, añade.

Movilizaciones del sector contra las VTC, en enero del pasado año.

Asimismo, ha denunciado la lentitud con la que se está gestionando la petición conjunta de los taxistas de Lardero y de Logroño formulada hace seis años para poder llevar de vuelta pasajeros de un municipio a otro, así como para establecer un precio fijo por el servicio. “No es normal que un taxista de Logroño que ha dejado un cliente en Lardero no lo pueda recoger y viceversa”, opina. “En Lardero solo hay dos taxistas y, si están ocupados, una persona de Lardero no puede bajar a Logroño”.

Así, si el taxista no cumple con este procedimiento se enfrenta a una multa de 1.000 euros. Este ‘tapón’ puede incrementarse, precisamente, durante la nueva normalidad, al tener que dejar los taxistas vacío el asiento del copiloto. Restricción no obligatoria para los VTC, “porque no tienen reglamentación ni inspecciones de ningún tipo”, explica el portavoz del sector en la comunidad.

“Cuando estás todo el día trabajando para hacer ver a las administraciones que el usuario tiene unas demandas que no podemos satisfacer porque estamos atados de pies y manos y luego se inventan tantas autorizaciones para VTC como taxis hay en Logroño se siente impotencia”.

“Queremos que nos desregularicen y que nos dejen competir en igualdad de condiciones”, condensa Vallilengua.

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