¿Cómo se puede explicar que en medio de un confinamiento (después de 2 meses y medio encerrados) y tras pasear brevemente con un galgo por el parque del Ebro (para hacer sus necesidades) y completamente desolado, o sea un desierto, aparezcan dos policías municipales para multar (sin decírtelo abiertamente), a la única persona del parque por no llevar a la mascota de su compañera con correa?
Hace tres semanas, después de haber olvidado tal incidencia, me encuentro con una multa en el buzón por valor de 450 euros, que se podía rebajar a 360 euros si la pagaba al momento. Hay que sumar que la incidencia se amparaba en perro suelto potencialmente peligroso sin bozal. Evidentemente no me quedó otra que recurrir el fallo alegando que el hecho denunciado no existía, al no ser la razón de que el galgo esté considerada una raza peligrosa.
Después de recurrir esta denuncia, este mismo lunes me encuentro de nuevo en el buzón la respuesta del recurso que reclama 120 euros si los pago en el momento (con demora, 150 euros), alegando esta vez no llevar al animal con correa.
Señores, hagan el favor de no poner las cosas más difíciles de las que están y de no mostrar malicia o perversión en una incidencia aislada, sin ninguna persona más en todo el parque del Ebro, hacia una individuo educado, con valores, ética y por supuesto humildad.
A mi juicio no puede ser que el Ayuntamiento de Logroño esté anunciando en prensa que desea construir un estatuto y nuevas leyes en defensa de los animales, que en diciembre de 2019 haya sido calificada también en prensa como la ciudad capital de provincia más ‘Dog Friendly’ de España, y que ocurran este tipo de incidencias contradictorias y desproporcionadas en relación con un abuso de la autoridad frente al ciudadano y al animal.
Es una pena que después de 26 años de vivir en distintos países, y con ganas de volver a mis orígenes para ayudar a modernizar este lugar, me encuentre con una ciudad de esta envergadura, contradictoria, sin ética ni defensa de un ideal el cual proyecta como falsa bandera.
Espero y confío que este escrito llegue a quien tenga que llegar y se pongan en contacto conmigo para poder resolver y calmar a un ciudadano recuperado después de tanto tiempo y que está pensando incluso en volverse a marchar de esta ciudad.
*Puedes enviar tu ‘Carta al director’ a través del correo electrónico o al WhatsApp 602262881.
