Iñaki Sáenz Arenzana es un símbolo de la dimensión regional de la UD Logroñés. Calagurritano de nacimiento, llegó al club en enero de 2019 con un objetivo: llevar al equipo de su tierra a Segunda. El dueño de la banda izquierda (lo mismo le da de lateral que de extremo) ya logró subir con el Alavés y con el Racing de Santander: “Con el Racing las sensaciones fueron muy parecidas y tuvimos la sensación de hacer un gran trabajo. En Vitoria ascendimos directamente y no jugué playoff. Todo el que se dedica a este deporte quiere ascender con el equipo de su tierra”.
El futbolista valora la tranquilidad y la normalidad del equipo, con la intención de alejarse de toda la burbuja social y mediática: “La realidad es que va a ser un partido muy difícil en unas condiciones muy diferentes. Nos queda controlar lo que realmente sabemos hacer. Veo al equipo muy bien, noto esa tensión, pero veo a la gente dentro de la normalidad, y tranquila y convencida de que si hacemos las cosas bien, nos puede salir un buen partido”
Y en ese sentido, asume una responsabilidad con la afición, contraída durante el playoff y la fiesta vivida en la eliminatoria frente al Hércules. La derrota supuso una herida a corto plazo, pero un enorme manantial de crecimiento para la entidad: “Estamos más cerca que nunca, el año pasado nos quedamos segundos y el camino largo es muy difícil, lo tenemos muy cerca, las oportunidades están para cogerlas y esta es una buena oportunidad”.