El alcalde de Logroño, Pablo Hermoso de Mendoza, ha descubierto esta mañana la placa de la calle Rosa Chacel. En el acto han intervenido también el concejal Rubén Antoñanzas y el miembro de La Barranca, Martín Martínez. Con este cambio de nombre el Ayuntamiento de Logroño termina el proceso en el callejero para cumplir con la Ley de Memoria Histórica.
Con el cambio de la denominación de la calle Juan Yagüe por el de Rosa Chacel termina un proceso, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, que se inició en el año 2009 con la creación de una comisión especial que elaboró la relación de calles que debían ser modificadas. Un dictamen que recibió el visto bueno en febrero de 2011 pero que no concluyó porque quedaba pendiente el cambio de seis calles.
El alcalde de Logroño, Pablo Hermoso de Mendoza, ha reconocido la figura de Rosa Chacel. “Este cambio refleja el trabajo de mucha gente que hoy estáis aquí. Creo que hay que reivindicar profundamente la memoria, la memoria histórica también. Hay gente que cura, que sana, que une, que verdaderamente refleja esos valores humanos en los que nos podemos reconocer: la concordia, la tolerancia, el civismo, la cultura, la humanidad”
“Es más necesario que nunca reivindicar la memoria cuando vemos el virus del totalitarismo cerca”, ha afirmado el alcalde. “Hay gente, como Rosa Chacel, que a través de los libros, de la cultura, quiso cambiar el mundo y hacerlo mucho mejor”.
El concejal Rubén Antoñanzas ha glosado la figura de Rosa Chacel y ha hablado sobre el proceso del cambio de nombre de las calles de Logroño. “Con actos como hoy, Logroño llega a la meta de una carrera que ha durado más de 30 años, y que empezó el 1 de enero de 1988 con el cambio de tres calles franquistas. Una decisión valiente de una Corporación encabezada por Manolo Sáinz. Ha sido una larga carrera de relevos, en ocasiones de obstáculos, pero que llega a su fin y que culminará con el cambio de nombre del colegio y del polideportivo municipal”.
Rosa Chacel
Rosa Chacel Arimón (Valladolid, 1898-Madrid, 1994) fue una escritora perteneciente a la Generación del 27 cuya obra se inscribe en la literatura española en el exilio. Casi desconocida durante muchos años, debido a su situación de exiliada y a las condiciones de la vida cultural española, el tardío reconocimiento le llegó en plena vejez creadora. En 1987 le fue concedido el premio de las Letras Españolas. Recibió el título de doctora “Honoris Causa” por la Universidad de Valladolid en 1989, y cuatro años después se le otorgó la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes.
