Firmas

Editorial: ‘No es otro Día de La Rioja más’

Editorial

Hoy es un Día de La Rioja distinto, preludio de un verano que también será diferente. Hoy es un 9 de Junio con más circunstancia que pompa, una jornada de sonrisas y lágrimas: las que despierta una vuelta a la normalidad poco a poco recuperada y a las que nos mueve una guerra contra el coronavirus en la que -conviene no olvidarlo- aún libramos la primera batalla. Y el estío que ya se adivina en estas largas tardes de junio probablemente no nos lleve a la playa, ni pueble nuestro Camino de peregrinos ni llene nuestra Laurel de turistas. Será otra cosa.

De la mayor crisis sanitaria sufrida en más de un siglo cabe extraer algunas enseñanzas y no pocas advertencias. El COVID-19 nos ha puesto a prueba como sociedad, al ser nuestra región temprana y severamente golpeada por una enfermedad que todavía no hemos terminado de conocer. Nuestra respuesta ha sido notable.

La ciudadanía, salvo algunos insolidarios excepcionales, ha observado con disciplina y sensatez un confinamiento tan largo como estricto y exigente. Nuestros sanitarios han hecho frente al peligro en un ejemplo permanente de vocación y servicio. Quienes han podido trabajar lo han hecho a sabiendas de que el riesgo estaba ahí fuera, rondando sus cabezas. Incluso nuestra clase política ha hecho honor a la dignidad que se espera de ella: cada uno en su sitio (los gobernantes, ejecutando; la oposición, en su ineludible tarea de control y crítica), nuestros representantes no han sido altavoz de la insensata jaula de grillos en que se ha convertido la política nacional y se han cuidado de no crispar aún más una situación ya de por sí tensa.

Pero estos logros no deben hacer caer en el olvido las mejoras siempre necesarias en nuestro sistema de salud (más aún cuando ahora sabemos que no estamos libres de cualquier contingencia insospechada) o la imprescindible revisión de una red de residencias para personas mayores que ha supuesto el mayor baldón en la gestión de esta crisis.

Vista nuestra fortaleza como región, quizá sea este buen momento para conocerla (para conocernos) mejor. Para visitar nuestros pueblos, para disfrutar de nuestros paisajes, para admirar nuestros monumentos, para brindar con un vaso de vino con nuestros paisanos…

Tal vez el año próximo podamos celebrar un Día de La Rioja como los de antes y que todo esto lo recordemos como un mal sueño. Ojalá lo hagamos también con un punto más de orgullo y admiración hacia nosotros mismos. Va por ustedes.

Subir