Tudelilla ha sido otro de esos pequeños municipios que casi no han tenido casos de COVID-19. Sin embargo, como todos los demás, han tenido que colaborar metiéndose en casa para controlar la pandemia. Su alcalde, Raúl Lavega, ha estado como en el caso de todos los alcaldes pequeños pendiente de casi todo, especialmente intentando controlar que todo el mundo en su municipio cumpliese las normas.
– ¿Como se ha vivido el pico de la pandemia en Tudelilla?
– Con tranquilidad, pero de forma responsable. La gente estaba muy concienciada y, excepto puntuales casos, no ha habido problemas con nadie. Creo que todos estábamos un poco más pendientes de lo normal del de al lado, como una especie de red vecinal, para ayudar en todo lo posible. Nosotros estuvimos muy pendientes de llamar a la gente mayor que vivía sola para que extremasen las medidas pero los vecinos han estado muy pendientes los unos de los otros. La primera semana tras el estado de alarma fue un poco más complicada.
– Los municipios pequeños tuvieron las mismas normas que las grandes ciudades. ¿Ha sido justo?
– En mi opinión, no podía ser de otra forma. Yo era partidario incluso de ser más extremo en las medidas. En situaciones extremas hay que tomar medidas extremas y todo el mundo tenía que asumir que o lo hacíamos todos o no tenía sentido. Aquí el sábado antes del estado de alarma los bares ya estaban cerrados, había que ser responsables.
– ¿Qué ha sido lo más complicado como alcalde?
– El tener que tomar decisiones en solitario y sin medidas claras. Al final, estás acostumbrado a trabajar en equipo y aquí la gente estaba o teletrabajando o con permisos retribuidos y el peso del ayuntamiento es todo tuyo. Además, las medidas eran demasiado generales, te surgían dudas concretas y era imposible solventarlas. Creo que se debería haber dado prioridad la información a los ayuntamientos, pero una información más cercana, más accesible. No es cuestión de mandar el BOE por WhatsApp, hay mucha gente que no entiende un BOE y lo que había que hacer era hacerla accesible a los ayuntamientos para que nosotros pudiésemos hacerla llegar a la ciudadanía. Recibir órdenes de un BOE no es fácil.
– En los ayuntamientos se ha trabajado a todo trapo estos días.
– Hay mucha gente que ha asumido su papel de forma extralimitada. Aquí la persona que se encargaba de la desinfección hacía lo que debía y mucho más, o la señora que se encargaba de limpiar el cajero. No era una tarea suya, pero la tómo como tal todo el confinamiento.
– ¿Qué es lo que más ha echado de menos como alcalde?
– Yo he echado de menos el contacto directo con el gobierno regional para preguntar cómo vas o qué necesitas, pero también he echado de menos ese contacto con mi partido, que al fin y al cabo yo soy alcalde del PP. Sí, he echado de menos un equipo que trabajase en ayudar a los municipios.
– El Ayuntamiento de Tudelilla fue uno de los primeros en realizar reparto de mascarillas.
– Tenía claro que había que hacerlo. Al principio tuve la duda porque no se recomendaban y pensaba que se me podía acusar de malgastar dinero. Esas son las sensaciones de inseguridad de las que hablábamos, de pensar que estabas trabajando a ciegas. El gobierno regional estaba comprando mascarillas y con que me hubiesen facilitado un teléfono donde poder comprarlas me hubiese conformado. Al final hemos entregado desde el ayuntamiento 1.100 mascarillas, ahora se ha hecho un tercer reparto y dentro de una semanas haremos un cuarto. Además hemos comprado gel para cada domicilio y guantes.
– ¿La crisis posterior afectará al municipio?
– Aquí no ha afectado demasiado. La gente que ya estaba desempleada está en la misma situación que antes. Por eso no creo que haga falta tomar medidas económicas como en otros municipios. Lo que sí hace falta mirar hacia el futuro en el municipio. Las retiradas de tasas son muy populares pero se traducen siempre en lo mismo.
– Está en la mesa de la desescalada rural, ¿qué le parece?
– Pues me parece una buena idea si hubiese surgido en la fase 0. Era una forma muy interesante de podernos haber solventado todas las dudas que los alcaldes hemos tenido con la desescalada, pero presentarla en la fase 1 creo que no tiene mucho sentido. Aún así se trabajará arrimando el hombro todo lo que sea necesario. La idea tenía que haber sido adelantarse a los problemas de la desescalada pero bueno…
– ¿Serán los municipios rurales la alternativa este verano?
– Es posible, pero podrán serlo los municipios que ya eran turísticos. ¿Dónde va a venir aquí la gente si no hay donde hospedarse? Está claro que lo rural ahora te da la sensación de seguridad, pero también da miedo que se de un repunte en estos municipios que en esta oleada hemos estado a salvo.
– No cree entonces que esto pueda ser una oportunidad para los municipios pequeños.
– Hay que ser realistas. ¿Alguien de Madrid se va a venir a vivir aquí por este problema? No. Puede notarse un repunte este verano, pero la gente olvida pronto. Puede ser un refuerzo económico, pero no la solución a la despoblación. En lo que tenemos que seguir trabajando es en que la gente no se vaya. Si preguntas a la gente de la ciudad a quién le gustaría vivir un confinamiento en el mundo rural todos te dirían que sí, pero para vivir de forma continua, ese es otro tema. Es verdad que los momentos de crisis ayudan a estos municipios, pero porque hay gente que no tiene otra alternativa.
– ¿Qué le parece la crispación que se esta creando con la crisis sanitaria?
– Me parece que cuando estás preocupado por gestionar no tienes tiempo para esas tonterías.
– No se ha adherido al comunicado para cerrar las piscinas municipales.
– Creo que esa decisión no es sólo mía. Me hubiese gustado una recomendación más clara del gobierno regional pero es una decisión que tomaremos todos los concejales.
