La Rioja

Jueves de mercado y mascarilla en Calahorra

La noticia del día en Calahorra era sin duda la celebración del tradicional mercado del jueves. Después de más de dos meses de la celebración del último, allá por el 5 de marzo, el consistorio calagurritano daba el paso de autorizarlo con medidas de seguridad y ampliación de zonas para así conseguir que los puestos no se amontonasen.

Más de dos metros de distancia entre unos y otros y accesos diferenciados. Se podía entrar por las calles Teatro y Bebricio, mientras que Mártires se dejaba para la salida del mismo.

Desde antes de las nueve de la mañana los puestos iban colocando su mercancía. Algunos además colocaban cuerdas y cintas para evitar que los posibles clientes se acercasen demasiado a los productos.

La primera hora, además, estaba priorizada para gente mayor. Poco a poco el mercado cogía ambiente. Nada similar a lo habitual en el mercado calagurritano. Muchos puestos de ropa y sólo un par de ellos de alimentación. Los dos en la plaza del Raso, uno de frutas y verduras y otro de repostería. La mejor hora sin duda ha sido de 10:30 a 11:30. Por miedo o por precaución, poca gente pasó por el mercado el resto de la mañana.

“Tendrán que irse acostumbrando de nuevo. Poco a poco”, decía uno de los vendedores. “Era bueno empezar por eso mismo, así la gente va viendo que las cosas se hacen bien”, comentaba otro.

Protección Civil tomaba protagonismo después de la polémica surgida con su exjefe de voluntarios. Este servicio era el que controlaba los accesos al mercado y eran los que han ido recordando a todo aquel que ha pasado por las calles dispuestas para el mismo que era obligatorio utilizar mascarilla.

Entre las medidas, la que menos se ha cumplido ha sido la de no tocar el producto. En algunos casos, los mismos vendedores proporcionaban a sus clientes guantes para hacerlo. En otros puestos, ni eso. “Para cuando voy a avisarle, ya ha metido la mano”, decía un vendedor. “Los mercadillos suponen tocar el género y la gente tiene que acostumbrarse a que no debe tocarse”, añadían. Eso era imposible en los puestos de alimentación, que contaban con un plástico para no poder acceder a los alimentos.

Balance positivo para ser el primer día. Al menos, en lo que se refiere a las medidas tomadas. Otra cosa será la caja de los comerciantes.

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