Como cada 12 de mayo, el colectivo enfermero celebra su Día Mundial y este año, además, la Organización Mundial de la Salud lo ha proclamado Día Internacional. Una fecha que el sector utiliza para ensalzar el trabajo de los enfermeros y enfermeras y reivindicar más puestos en lugares donde se tomen decisiones transcendentes para la salud de los ciudadanos.
Pedro Vidal, presidente del Colegio de Enfermería de La Rioja, defiende que “estamos perfectamente preparados. No somos aquellas enfermeras ayudantes de antaño que no tenían ni voz ni voto, solo cumplían órdenes. Ahora somos un Grado universitario y tenemos un cuerpo de conocimientos propios”. Vidal ha contado a NueveCuatroUno cómo es la situación actual del colectivo en La Rioja.
– ¿Qué supone este Día Mundial de la Enfermería para ustedes?
– Es una fecha muy especial, pero este año no podemos celebrar nada, lo que nos toca es recordar a todos los sanitarios fallecidos durante esta terrible pandemia. Somos muy afortunados de trabajar y formar parte de esta sociedad riojana que nos ha apoyado de manera increíble. Siempre hemos buscado ese reconocimiento social a través de actividades programadas o actos, pero ahora, desafortunadamente, nos ha venido de golpe con la crisis sanitaria.
– ¿Cómo ha afrontado la pandemia del coronavirus la enfermería riojana?
– De una manera ejemplar, con una entrega absoluta desde el minuto cero y con el corazón. Ha habido momento puntuales muy críticos por falta de material, después se ha superado como se ha podido; los profesionales han llevado a cabo jornadas exhaustivas; ha habido una implicación emocional inmensa, viendo cómo todos los días fallecían muchos pacientes solos y haciendo las terapias de grupo en los pasillos. El estrés ha sido mucho y ahora empiezan a ser conscientes.
– La cifra de sanitarios contagiados en La Rioja ha sido considerablemente menor que en otras regiones, ¿por qué?
– El número de profesionales que han dado positivo, según los datos que nos ha dado la Consejería y referentes al sistema público, nos han sorprendido para bien. Ha habido etapas con muy poco material de protección, problema que se solventó rápido gracias a la industria riojana, que supo volcarse modificando sus líneas de producción.
La clave de estos resultados es una mezcla de muchas cosas. Los test se han hecho tarde, pero se han realizado muchas más pruebas que en otros lugares; la escasez de material no ha sido tan brutal como en otras regiones; ha habido información, aunque no la suficiente, de cómo prevenir o utilizar los equipos de protección; el trabajo colectivo ha sido ejemplar y el Hospital ha podido absorber el impacto de la pandemia porque estaba preparado para duplicar las habitaciones, además, se trató de frenar pronto.
– ¿Qué necesita la asistencia sanitaria hoy en día en nuestra comunidad?
– Personal. Estamos en doscientas enfermeras por cada 100.000 habitantes por debajo de la media europea, así que harían falta unas seiscientas enfermeras más. Esta crisis lo ha demostrado. Hace falta más profesionales que ocupen todos los espacios, sobre todo en Atención Primaria, que son los principales responsable de contener la pandemia. Y no hay que olvidar que durante esta pandemia, las enfermeras liberales sindicales, jubiladas y estudiantes de cuarto de Enfermería que se han sumando a la primera línea de fuego han sido mucho y fundamentales. Ahí se demuestra que la nuestra es una profesión muy vocacional.
– Logroño estrena Escuela de Enfermería, ¿cómo es?
– Totalmente diferente con respecto a las ruinosas instalaciones que teníamos antes. Ahora tenemos una Escuela, que pronto será Facultad, moderna, aunque algo justa pensando en el futuro. Los estudiantes que han pasado por ambos lugares todavía no se creen el cambio: hay más medios, tecnología y espacio. Además, la calidad de la enseñanza ha aumentado mucho. Anteriormente los profesores eran invitados de la Consejería y a partir de ahora ya son plazas de profesores titulares convocadas por la Universidad con perfiles muy concretos y más requisitos.
