“Hay que actuar con firmeza y decisión en favor del sector vitivinícola, ya que es el que más está sufriendo la crítica situación sobrevenida por la crisis del COVID-19 dentro del sector agroalimentario”. Así lo recalca el secretario general de ARAG-ASAJA, Igor Fonseca, apelando a la actuación de todas las administraciones, “desde el Gobierno de La Rioja hasta el Ministerio de Agricultura y la Unión Europea”, para la ejecución de un plan específico.
Si la incertidumbre ya se había asentado entre los operadores vitivinícolas a raíz del anuncio del Brexit en Reino Unido y los aranceles de Estados Unidos, ahora este coronavirus ha hecho agravar todo pronóstico. “La Consejería de Agricultura ha de pelear con el Ministerio para asegurar el respaldo a las zonas productoras de calidad como es el caso de Rioja y compensar con fondos destinados a otras regiones que no los necesitan”, señala, Fonseca.
En este sentido, el secretario general de ARAG-ASAJA señala a comunidades como Extremadura y Castilla y La Mancha, “cuyos viticultores gozan de un paquete de 125 millones de euros para financiar su PAC aunque suelen normalmente generan excedentes, unos fondos de los que no dispone Rioja”: “Nosotros hemos destacado siempre por ser más prudentes a la hora de controlar la producción y creemos que es el momento de que dichas zonas sean solidarias y conscientes de que se ha generado una situación no provocada por el propio sector”.
Por el momento, “es complicado” que Rioja se acoja a las medidas de la Organización Común de Mercados para el sector vitivinícola como pueden ser la destilación de crisis, la vendimia en verde o el almacenamiento de vino, así que ARAG-ASAJA demanda más recursos para poder ajustar dichos reglamentos a zonas productoras de calidad como Rioja. “Por ejemplo, para la vendimia en verde el condicionante que exigen es que se elimine toda la producción de una misma parcela, lo cual no suena muy interesante entre los viticultores”, señala el secretario general.
“La Unión Europea ya ha anunciado que no va a destinar fondos extra para apoyar al sector, demostrando así que no está a la altura y que no cumple con su anuncio de no dejar atrás a agricultores y ganaderos”, resalta. Fonseca señala también la relevancia de promocionar el consumo de vino en los hogares a través de campañas “hasta que se produzca esa desescalada en la hostelería y las bodegas comiencen a recuperar cierta normalidad de ventas”.
“Responsabilidad en el sector”
Desde la organización agraria consideran “necesaria” una línea de préstamos a pequeñas y medianas bodegas para asegurar su liquidez, así como la consecución adecuada de la vendimia. “Si una bodega no tiene la certeza de que pueda recoger las uvas de algunos viticultores, deben comunicárselo rápidamente, tal como ya han hecho algunas, normalmente a viticultores recientes con los que tienen poco trato”, señala Fonseca al tiempo que incide en la “responsabilidad” por cumplir con los plazos de pago de la vendimia de 2019.
A falta de determinar las medidas que condicionarán esta próxima cosecha, la bajada de rendimientos es una de las posibilidades que más se escucha entre los viticultores, aunque ARAG-ASAJA todavía la está valorando: “Si esa medida se llegase a aprobar tendría que ser con una serie de condiciones, como que no afectara a la mejora cualitativa de la uva y que esa merma de producción fuera compensada en el precio de la uva de 2020. Una decisión que aliviaría el mercado siempre y cuando no suponga unos costes adicionales para el agricultor”.
