En comparación con los decibelios emitidos en el resto del país, no ha sido la bronca política la gran destacada desde que hace ya más de un mes y medio se desatase la crisis sanitaria por el coronavirus. Durante las primeras semanas los grupos de la oposición se mantuvieron en un discreto segundo plano, si bien la tranquilidad saltó por los aires cuando el principal de sus grupos, el Partido Popular, denunció ante la Fiscalía la presunta omisión de socorro del Gobierno hacia los usuarios de las residencias de personas mayores de la comunidad.
Concha Andreu, tras analizar la evolución sanitaria de la epidemia, valora la posición del resto de fuerzas políticas ante la epidemia del COVID-19, cargando las tintas sobre al actitud “egoísta” del principal partido de la oposición.
– ¿Ha estado por encima la sociedad civil de la clase política en la gestión de la epidemia?
– Sin duda. La sociedad riojana está siempre por encima de la clase política, pero ahora se ha demostrado aún más porque determinada clase política ha descendido a los suburbios en esta crisis. La extrema derecha lo ha estado a nivel nacional y aquí, la derecha, con su extrema derecha interna, también ha sobrepasado cualquier límite; no así el resto de grupos que han mantenido esa responsabilidad en estos momentos de tristeza y estado de alarma.
– ¿Quién le ha sorprendido para bien y para mal en la gestión de esta crisis?
– No me ha sorprendido porque me lo ha repetido muchas veces antes de la epidemia, pero Pablo Baena (Ciudadanos) se ha abierto y me ha llamado en numerosas ocasiones. Agradezco su actitud de estar por encima de cualquier diferencia política y ofrecerse a trabajar en conjunto. Izquierda Unida también ha mantenido un contacto continuo y no me sorprende la actitud terca del Partido Popular, que no ha sido capaz de mirar más allá y pensar en cómo están sufriendo los riojanos, tanto pacientes como trabajadores, y ponerse a disposición de los ciudadanos ante una situación económica terrible en ciernes.
El PP ha mostrado una actitud cortoplacista y egoísta que no entiendo; intuyo y quiero pensar que esa parte del Partido Popular que tampoco la entiende va a empujar al partido en su conjunto a ponerse a disposición de los riojanos.
– ¿Ha trabado por completo la crisis su proyecto político para la región o hay margen para acomodarlo a las circunstancias?
– Lo tenemos que reacomodar. Nuestros tres proyectos para potenciar La Rioja tenían que ver con la lengua, la enorregión y la Ciudad del Envase y no los vamos a abandonar, pero sí los vamos a adaptar. Hay que priorizar y debemos ser realistas; si esos proyectos no van a tener la rapidez que hubieran tenido en otras circunstancias, igual es una oportunidad para darle mayor relevancia a otros proyectos en beneficio de la comunidad.
– Con la crisis han cursado un máster acelerado sobre la relación público-privada de los recursos. ¿Ha provocado esta situación un cambio de perspectiva al respecto? ¿Hay que tocar algo en esa relación?
– Antes de la crisis ya vimos claro que había determinadas actividades que llevaba a cabo la empresa privada y que éramos capaces de asumir con los recursos públicos. Ahora somos todavía más conscientes de que tenemos que evitar externalizar cuestiones tan importantes como la salud. No se puede escatimar ni un euro en el cuidado de las personas y una empresa privada puede ser muy cuidadosa, pero nunca va a llegar al cuidado que se da en la salud pública. Se podrá externalizar alguna tarea muy concreta, pero debemos reforzar la sanidad pública y ser muy eficaces con nuestros propios recursos. En un mes nos hemos dado cuenta de que la investigación, que se había dejado de lado, nos va a ayudar mucho más que una nueva cama hospitalaria. Dicho lo cual, será bienvenido el apoyo privado para proyectos de investigación que vengan en beneficio de todos. Debemos repensarlo todo.
– Otra de las cualidades de una crisis es que ayuda a relativizar la gravedad de episodios pasados. El pasado verano, cuando no se materializaba su acuerdo de Gobierno, le parecerá ahora una nadería.
– Quién nos lo iba a decir cuándo estábamos en aquella mesa negociando para conformar el Gobierno, cuando estábamos preparando todos nuestros proyectos. Pero no solo se relativiza aquello, en la elaboración del Presupuesto nos volvíamos locos para cuadrar las partidas y cuadrar el objetivo de déficit, ¿pero dónde ha quedado ese objetivo de déficit? Espero que esto sea un aprendizaje para todos y que cuando estemos criticando lo pequeño, lo que no va en beneficio de la comunidad, enseguida lo dejemos y nos pongamos a pensar en el bien común.