Crisis del Coronavirus

La era ‘poscoronavirus’, tiempo de “reconfigurar el sistema de valores”

Un mes después de entrar en un periodo de abstinencia social, los efectos socioeconómicos ya son apreciables en prácticamente todos los sectores, reflejando unas tendencias que se prevén que dejen huella en la cotidianeidad del ser humano por su prolongación en el tiempo. “No saldremos de esta de la misma forma que entramos”, señala con rotundidad Sergio Andrés Cabello, “pero para salir mejor de lo que lo hicimos tras la crisis de 2008 es importante tener en cuenta unas políticas de reconstrucción social”.

Con esta afirmación, el profesor de Sociología de la Universidad de La Rioja recalca que, “una vez superada la dimensión sanitaria de esta epidemia, paso primordial, lo siguiente que toca hacer es abordar los frentes económico, político y sociocultural, que se van a ver condicionados”. En este sentido, Cabello incide en la importancia de “no cometer los mismos errores que se produjeron en la crisis de 2008” en cuanto a la toma de decisiones políticas se refiere: “De lo contrario, estaremos abriendo la puerta al populismo de la derecha más radical y creando un caldo de cultivo para su proliferación”.

Unos efectos que, asegura, se podrán evitar a través de “unas medidas de protección social y reactivación económica y productiva que ayuden a potenciar otros ámbitos profesionales y no incrementen las desigualdades y la vulnerabilidad de ciertos sectores poblacionales”. En un escenario globalizado, Cabello apuesta por un modelo económico más solidario, equitativo y responsable lejos de la idea de “salvar al sistema financiero”, que se primó durante la crisis de 2008 “a costa del empleo y de los servicios públicos”.

Desde una vertiente más sociocultural, no cabe duda de que el COVID-19 está impactando en el sistema de valores que caracteriza a la sociedad actual, donde en las últimas semanas se están produciendo gestos de solidaridad poco asiduos a producirse. Sin embargo, “se desconoce hasta qué punto esta crisis provocará unos cambios determinantes o solo temporales en una sociedad donde lo que priman son los valores consumistas e individualistas”, tal como señala el sociólogo, “pero el coronavirus debería dar la posibilidad de reconfigurar ese sistema de valores hacia una dirección más solidaria, responsable y menos individualista”.

El factor riojano

Coincidiendo con esta valoración, el profesor de Economía Aplicada de la Universidad de La Rioja, Emilio Barco, se muestra escéptico: “Muchos hablan de que esta epidemia nos va a hacer reaccionar y esa generosidad de ahora va a prevalecer frente a la avaricia, la colaboración frente a la competitividad, pero creo que en cuanto abran los bares y todo vuelva, en cierto modo, a la normalidad, regresarán esos sentimientos que caracterizan a la sociedad actual. Ojalá me equivoque y realmente cambien las actitudes así como la apreciación por las profesiones realmente necesarias y tristemente infravaloradas que estos días están demostrando su valía”.

Ahora toca analizar el “brutal” golpe que se ha llevado la ciudadanía en general y del que costará recuperarse. “La Rioja puede tener la desventaja de no ser una comunidad que haya estado a la cabeza en términos de globalización, pero que sin embargo no depende tanto de algunos de los sectores más damnificados de esta crisis, como puede ser el turismo, como sí lo hace del sector primario y de lo que queda del secundario”, considera Cabello. Mientras, Barco discrepa: “Gran parte del sector primario en La Rioja es vino porque así lo han querido los productores, dejando a un lado la ganadería y los cultivos hortofrutícolas. Y la crisis que ya se se avecinaba desde antes de que apareciera este bicho va a atacar duramente al sector vitivinícola”.

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