Crisis del Coronavirus

Daños colaterales y damnificados por el coronavirus en Calahorra

21 febrero 2020. Los telediarios de las 9 de la noche solo se hacen eco de que existen dos casos confirmados en el Norte de Italia. Ese mismo día, a las cuatro de la mañana un autobús con 61 estudiantes y tres profesoras salen de Calahorra destino a Barcelona para volar hacia Italia.

Muchas preguntas en ese momento: ¿Instituto irresponsable? ¿Padres irresponsables? No, “en el momento del viaje no había una alarma como para suspenderlo. Todo comenzó cuando los chicos ya estaban allí. Su primer destino Roma, y allí había normalidad absoluta. Aquí no. Comentarios, preguntas por la calle, acusaciones. Hubo un momento en el que no entendíamos nada”, indica una madre.

Las familias de los jóvenes han tenido que escuchar estos días comentarios dolorosos: “Que no los dejen regresar”, “que se queden allí por haber viajado”, “por irresponsables tenían que contagiarse, se lo merecen”. Comentarios hechos desde la ignorancia pero “que duelen porque son tus hijos, porque sabes que no han hecho nada malo”.

El instituto, los padres, las consejerías de Educación y de Salud han estado en todo momento pendientes de cualquier posible peligro. “Hemos tenido reuniones, nos han informado de los riesgos, de que todo estaba bajo control y de que los chavales podían hacer vida normal a su llegada”.

“¡No hemos mandado a nuestros hijos para que enfermen, señores!”

El día 28 de febrero los alumnos regresaron sin ningún problema. Habían disfrutado su viaje, quizás algo condicionados por los comentarios que habían ido recibiendo, – cuestión de las redes sociales-, pero, ante todo, tranquilos porque se habían tomado las medidas adecuadas teniendo en cuenta la situación.

“La triste realidad llegó con la vuelta de nuestros hijos. Aquí, en su país, en su casa, han sido tratados como ‘apestados’. Hemos tenido que ver cómo negocios familiares han sufrido las consecuencias debido a que la gente no ha ido por miedo a contagiarse. Incluso una madre lleva sin trabajar una semana y sin saber cuándo volverá por el simple hecho de que su hija es una de las ‘apestadas’ del tan sonado viaje”.

Los padres de los escolares coinciden en que “la desinformación es muy mala, se habla sin conocimiento, haciendo daño gratuitamente. Pero aún así hay que dar las gracias. Gracias a todas esas personas que nos han apoyado. Gracias a esas personas que han recibido a nuestros hijos con todo el cariño y sin miedo a abrazarlos por si el dichoso virus Covid-19 lo habían traído en su vuelta. Gracias a los que han puesto un poco de cordura en todo esto”.

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