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La temporada de las pequeñas cosas importantes

A buen seguro te has dado cuenta, o alguna vez lo has pensado: que el nombre de tu equipo de fútbol está mal puesto. El UD Logroñés porque el Unión Deportiva Logroñés queda raro. O la Unión Deportiva Logroñesa, porque la UD Logroñés queda también raro. Vamos, que el nombre de tu equipo está mal puesto. Pero poco importa. La Unión Deportiva Logroñés en femenino, y el Logroñés en masculino. Así cabe todo el mundo. Aquí UDL, fuera Logroñés. Unos escriben la UD Logroñés, otros el UD Logroñés. Unos dicen el UDL y otros la UDL. Poco importa. Bienvenida la riqueza nominativa. Hay quien le llama incluso la Unión… fantástico también.

En mi caso, este club siempre ha sido en femenino. Siempre ha sido la Unión Deportiva Logroñés, la UD Logroñés, y en contadas ocasiones el Logroñés o la UDL. Sin más, casi siempre ha sido en femenino, reconociendo que lo razonable hubiera sido apostar por la Unión Deportiva Logroñesa, pero esa cuestión corresponde a otros. Unión Deportiva Logroñés es su nombre fundacional, sin artículo. Lo del artículo ha sido impuesto por el uso. Y es la UDL, es la Unión Deportiva Logroñés… es Esther López. La Unión Deportiva Logroñés es Esther, que este 8 de marzo ha realizado el saque de honor antes del inicio del partido.

¿Y quién es Esther? Es una parte del escudo de este club. Esther es la constancia y la ilusión que no cesa. Esther es el blanco y el rojo. Esther es una mujer en un coche. Esther es ir a los sitios para vivirlos. Esther es viajar con su equipo. Esther es repetir. Esther es la respuesta oportuna a una frase que siempre le hago cuando se juega en uno de esos días en los que, sinceramente, solo apetece sofá, manta y una buena calefacción: “¿Y donde mejor, Sergio, que aquí viendo al equipo?”. Esther es el compromiso con la única forma razonable de entender el fútbol modesto: vivirlo en primera persona para acumular primero experiencias, y luego, dentro de muchos años, multitud de recuerdos.

Esther se ha pasado el juego. Siempre que veo a Esther pienso la suerte que tiene de haber vivido todos y cada uno de los partidos de este equipo desde su fundación. Estoy casi seguro que Esther ha visto todos y cada uno de los partidos de este equipo desde que yo sigo al equipo en todos y cada uno de los partidos que ha jugado este equipo en las últimas ocho temporadas. Su constancia y compromiso no soportan comparación. No falla nunca.

Si ha jugado la Unión Deportiva Logroñés, Esther seguro que ha estado. La verás antes tomándose un cafecito, o después, esperando para ponerse en carretera y volver a casa. Esther va, ve el partido y se vuelve para casa. Estoy casi convencido de que los futbolistas no la conocen. Va, anima a su equipo, y se vuelve para casa. Si ha ganado su equipo… sonríe. Y si ha perdido su equipo… sonríe igualmente. Esther es la sonrisa de la Unión Deportiva Logroñés. Todos sabemos que Esther estará y como que vamos más tranquilos, queremos seguir sus pasos para ver hasta dónde nos lleva.

Pero es que no espera ni un ascenso a cambio. No espera nada a cambio. Lo vive y punto. Estoy convencido de que el haber realizado el saque de honor le ha hecho profundamente feliz, pero Esther ni lo ha pedido ni lo esperaba. Porque no espera reconocimiento a su compromiso personal adquirido junto a su marido de conocer otros sitios animando al equipo de su ciudad. Y siempre he pensado que seguir a un equipo sin casi historia tiene sus cosas negativas: como la ausencia de referencias, mitos y leyendas; pero también tiene algo muy positivo: el haber podido ser testigo directo de todo lo bueno y lo malo que le ha pasado a este equipo a lo largo de su corta historia. Esther vive con absoluta normalidad la historia de la Unión Deportiva Logroñés, sin darse cuenta de que ella forma parte esencial de esta historia. Que su ejemplo nos anima y empuja. Esther, en femenino plural.

Esther ha estado este año en Vitoria, en Calahorra, Salamanca (las dos veces), en Tajonar no le dejan entrar (ellos se lo pierden) como al resto de la afición, en Amorebieta, Lezama, Estella, Barakaldo, Haro, León, Tudela, Fadura… y estará en Irún el próximo domingo. La temporada pasada viajó 19 veces en liga, estuvo en Badajoz y por supuesto que bajó hasta Alicante. Y la anterior temporada, lo mismo. Y hace cuatro, lo mismo. Esther es el orgullo de la Unión Deportiva Logroñés. Ve a su equipo de fútbol, conoce otras ciudades, charla antes y después de los partidos con sus amigos del fútbol, vuelve a casa y sigue con su vida. Va, lo vive, y prosigue. Irán a Irún.

Y así lo lleva haciendo desde hace muchos años. En las duras y en las más duras porque ella mejor que nadie sabe cómo es esta Segunda B. Estuvo en Socuéllamos, que hay que tener espíritu y ánimo para bajar hasta tan lejos para ver perder a su equipo (todos sabíamos que en ese lugar tocaba perder). Grupo 1, lo conoce: Somozas, Pontevedra, Ferrol, Vigo, Santiago, Astorga, Guijuelo… Navalcarnero, San Sebastián de los Reyes, es experta en refritos madrileños. El Grupo 2 es su salón de estar. El Grupo 3 le ha dado alguna vuelta que otra. Y solo espera lograr el ascenso aunque sea contra algún equipo del Grupo IV, que le queda más lejano, aunque os aseguro que también estaría. Hubiera estado en Sestao, con o sin autobuses gratuitos. Estuvo, está y estará. Y de paso ha comprometido a su marido, a su hija y quien llegue y se quede en esta familia.

Esther, sin pretenderlo, configura una de esas pequeñas cosas que todo club necesita. Esther está… y todos vamos detrás.

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