Tras más de dos meses de vendimias y con las incidencias meteorológicas acontecidas previamente a la recolección, “ha sido una de las mejores cosechas de los últimos años”. Así lo califican desde Bodegas Familiares de Rioja tras la tradicional valoración anual que realizan después de cada campaña. En esta XXIII edición, que tendrá lugar el próximo 9 de marzo en el Palacio de Congresos Riojaforum, también se incluirá una cata inédita sujeta a invitación y que ofrecerá más de 200 vinos jóvenes distribuidos por territorios, variedades y estilos de elaboración.
La cosecha 2019 se saldó con una producción de 385,7 millones de kilos de uva (43,2 millones de variedades blancas y 342,5 de uvas tinta), destacando la helada con radiación ocasionada en la madrugada del 6 de mayo en Rioja Alta y el pedrisco del 8 de julio en el Valle de Ocón. Peor el estado sanitario de la uva “fue excelente”, tal como recuerda el enólogo de Bodegas Mazuela, Jesús Manuel García, “a pesar de que entró con un poco de exceso de grado y ha costado domar los vinos”.
Jesús Manuel García, Ana Jiménez y Pedro Peciña.
Una añada en la que la calidad ha primado frente a la cantidad, filosofía que defienden desde Bodegas Familiares de Rioja: “Los bajos rendimientos han sido determinantes para marcar un puno de inflexión desde el punto de vista de la calidad respecto a las anteriores cosechas, porque la de 2017 estuvo caracterizada por las heladas que afectaron al ciclo vegetativo y la de 2018 por un exceso de producción”.
A falta de la calificación oficial por parte del Consejo Regulador, Bodegas Familiares de Rioja se considera “satisfecha” con los vinos obtenidos pero incide en “limitar al máximo de rendimientos amparados, ya que el abuso productivo es el causante, no sólo del desequilibrio actual entre oferta y demanda en le comercio nacional e internacional, sino que también tiene un efecto directamente vinculado a la calidad de la uva”.
Un cartel “con sentido”
La presentación tradicional de la Cata de esta nueva añada viene acompañada de un cartel que ha dado mucho que hablar. Miembros de Bodegas Familiares de Rioja se desnudaron, literalmente, para presentar una añada que “muestre a la otra Rioja, con sus nuevos sabores, estilos e ideas”, tal como ha señalado Jiménez. “Una forma de desnudar Rioja y mostrarla en su totalidad”, así surgió la idea de presentar esta campaña que aglutinará vinos distribuidos por origen y variedades abarcando los viñedos singulares, los centenarios, los nuevos productores, vinos sin matices a madera…
