Nacho Hernando se proclamó el pasado domingo en Japón campeón del mundo de cross en raquetas de nieve por partida triple: en categoría absoluta, de 20 a 29 años y por equipos, junto a su compañero Roberto Ruiz, al marcar ambos un registro de 39:36. Nació en Madrid, pero él se considera riojano, una tierra donde vivió cinco años y donde tiene lazos familiares, ya que su abuelo nació en San Vicente de la Sonsierra. A los doce años, se trasladó a Logroño y sus padres compraron una casa en la aldea ezcarayense de San Antón, desde la cual pudo introducirse en la montaña.
En Valdezcaray comenzó su pasión por la nieve, pero fue en Estados Unidos donde se enamoró de su deporte. Y de ahí hacia lo más alto, siempre con la ayuda de su equipo Ferrer Sport – Palacios: “Sabía que este año sería especial, desde la preparación con mi entrenador Nick Aguila, con entrenamientos en Miami Beach. Soy de esas personas que si me meto en algo, le dedico mi 100%. Sabía que podría ganar, pero también conocía el nivel de mis rivales. Ha sido algo que he soñado muchas veces y cuando al final lo logras, cuesta mucho asimilarlo”.
Una disciplina que no solamente se basa en el aspecto puramente deportivo, sino en la facilidad de transporte: “Mi objetivo en esta modalidad (cross) no varía de mi objetivo en este deporte en general: disfrutar, descubrir rincones únicos y sumar nuevas experiencias”. Como por ejemplo, viajar a Japón, enfrentarse a un cambio de circuito por falta de nieve en la cima y aun así, lograr el primer puesto. Su afán por disfrutar y pasarlo bien no le impide plantearse ya próximos objetivos: batir su marca personal en el Maratón de Boston.
Todo proceso tiene su inicio y en este caso, hay que cruzar el charco. En Estados Unidos, a donde Hernando se dirigió para completar sus estudios, mejorar su inglés y hacer deporte. Allí, su entrenador Tom Walton (‘Caballo Americano’), decidió llevarle el 2 de enero de 2014 a una carrera local de raquetas de nieve. Todo ello, después de que el atleta subiera esas Navidades al San Lorenzo: ¡corriendo con crampones de escalada!. “Lo pagué, porque me llevé un buen corte en el gemelo”, confiesa.
A la vuelta, el deportista le comentó la experiencia a su técnico y éste decidió llevarle a esa carrera. “Cuando llegamos me dijo: “¡Time to have fun, ‘Caballo’!; y a mí me entró la risa cuando me dijo que tenía que correr con esas raquetas”. Sin embargo, tras unos minutos de calentamiento y unos tobillos ensangrentados de los golpes, se decidió por correr esos cinco kilómetros. “Y ahí empezó el amor por esta disciplina”, confiesa. Del sufrimiento, de la resiliencia, ahí nacen muchas historias de éxito.
Las perspectivas actuales en España
Hernando no considera difícil la práctica de esta modalidad en nuestro país: “Todo lo contrario, yo vivo en Miami no es precisamente conocida esta ciudad por sus montañas y su nieve”. Lo que sí pide son más ayudas: “Todos los integrantes del equipo español nos cubrimos nuestros gastos de viaje, excepto en los casos de Roberto Ruiz y Lucía Ibáñez, donde la Federación cubrió parte”. El presente es ilusionante, porque en la primera vez que España participa como selección en un Mundial, consiguió ser la gran dominadora, con siete medallas.
Una ola ganadora que puede arrastrar pronto a algunos chavales riojanos. Su paisano les anima a lograr estas metas: “Es un deporte para los más pequeños y los no tan pequeños. Cada uno debe de ajustarse dependiendo de su estado físico. Los límites los marcamos nosotros mismos, por lo cual márcate objetivos que no te den miedo. Tanto un balance de vida como una buena planificación marcarán la diferencia de tus resultados. Pero ante todo disfruta del proceso diario y se muy feliz haciendo lo que amas. ¡No es locura… es pasión!”.
