La Rioja

Los gestores de ‘La Iregua’ critican su contrato “leonino”: “Nos echan”

El Ayuntamiento de Lumbreras de Cameros anunciaba días atrás la salida a concurso de uno de los bares de la localidad: el restaurante ‘La Iregua’. El actual regente del local, Daniel, asegura haberse llevado una gran sorpresa con el anuncio.

“Lo que estamos viviendo mi pareja y yo es muy sencillo y a la vez muy desconcertante”. Daniel ha explicado que cogieron la concesión del bar hace un año, abandonando y dejando atrás su antigua vida para darle un giro trasladándose al municipio de Los Cameros. “Lo dejamos todo y ahora nos mandan a la calle porque les da la gana. El Ayuntamiento lleva a cabo contratos leoninos que al principio no te explican. Vienes con toda la ilusión y con proyectos y luego resulta que el consistorio hace lo que quiere”.

“El contrato es para cuatro años, pero ellos lo pueden liquidar cada año si les interesa. Y eso es lo que ha pasado, algo que nosotros no sabíamos”. Daniel señala que cuando le comunicaron que salía a concurso “su” bar, habló con el alcalde, quien le puso una disculpa muy leve.

“Me dijo que no cumplíamos los horarios. Somos dos personas y nos obligan a trabajar de lunes a jueves diez horas y media y viernes, sábado y domingo catorce horas. En verano, que para ellos es desde el 1 de abril al 31 de octubre, tenemos que estar abiertos quince horas diarias”, ha añadido.

El actual propietario del negocio confiesa que con dos personas, su pareja en la barra y él en la cocina, es “imposible” aguantar esas horas, pero más imposible es contratar a alguien más, ya que “económicamente no da”. “Yo les pago un alquiler y pago mis autónomos y los de mi pareja. Nos tenemos que sacar nuestro sueldo y resulta que tú eres quien decide. Eso no puede ser”.

Para Daniel, una de las opciones sería que el propio consistorio les contratara, les pusiera en nómina, contratara a cuatro personas y “asunto acabado”. El actual regente del bar ‘La Iregua’ describe el panorama actual de Lumbreras como una localidad donde, excepto en verano, “solo viven quince personas que no vienen todos los días al bar”.

“Sin ir más lejos, un día normal, haciendo muy buena caja hemos hecho treinta euros porque hemos dado de comer a dos ganaderos que suelen venir. Con estos horarios y esta caja no se puede vivir”.Daniel y su pareja continuarán en el bar hasta que alguien quiera coger la concesión. “Vinimos aquí con mucha ilusión muchos proyectos, pero no nos han dado tiempo a ponerlos en práctica”.

El Ayuntamiento responde

El alcalde de la localidad, Norberto Martínez, ha señalado que el contrato es de un año, renovable hasta cuatro. “En un pleno que se hizo en el Ayuntamiento se acordó comunicar a los actuales regentes del bar que se les iba a cesar por incumplimiento de horarios”. En el momento de trasladarles la decisión, ambas partes decidieron prorrogar un tiempo porque “era agosto, había mucho jaleo y que se fueran en ese momento era negativo tanto para el pueblo como para ellos”.

Martínez recalca que el contrato ha sido el mismo desde siempre. “El anterior propietario lo asumió sin problemas. Estuvo los cuatro años hasta que, por circunstancias personales, decidió dejarlo”.

El alcalde de Lumbreras recalca que los horarios y condiciones se saben desde el primer momento. “El que firma ya sabe las cláusulas, porque el documento dice claramente que el concesionario deberá residir con carácter habitual y permanente en la vivienda de la casa de comidas permaneciendo las instalaciones del restaurante abiertas al público durante un mínimo de once meses al año. Asimismo podrá fijar un día de descanso semanal de lunes a jueves. Respecto a los horarios, del 1 de noviembre al 31 de marzo, de lunes a jueves, serán de 10 a 20.30 horas; viernes, sábado y domingo de 9 a 23 horas. De 1 de abril a 31 de octrubre de 9 a 24 todos los días de la semana”.

Norberto Martínez entiende que pueden parecer muchas horas, pero “esto no es una fábrica o un taller en el que el ritmo de trabajo es frenético. Aquí puedes estar en la vivienda tranquilamente y cuando llegue alguien bajar a servirles”.

Según el consistorio, el bar se hizo pensando en toda la gente, tanto los habitantes del pueblo que, según indica Martínez, rondan los 25 durante la semana, y para los turistas que pasan por allí. “El establecimiento está en la carretera, es lugar de paso, y siempre hay gente que se acerca, por eso ese horario. Además, hay mucha gente que viene al albergue, la pasada temporada más de 4.000 personas, y algunos se encuentran la puerta del bar cerrada”.

Para Norberto, los contratos están para cumplirlos: “Ellos ya sabían las condiciones cuando firmaron, y si no se siguen los requisitos, el Ayuntamiento tiene la obligación de intervenir”.

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