Con 27 años de servicio en la Guardia Civil, Katia Pérez nunca ha dudado de su futuro profesional, ni cuando ya de niña se imaginaba con el uniforme. Era una cuestión vocacional que, incluso, superó sus expectativas. Aunque sus orígenes se encuentran en la isla de Tenerife, asegura que la Península se ha convertido en su nuevo hogar después de estar destinada en Huesca, Gerona, Cantabria y La Rioja (además de Canarias). Sargento Primera Jefa de Área en el Puesto Principal de Calahorra, aunque ya está preparando su próximo viaje con destino todavía incierto.
Katia Pérez.
– Salió de la Academia de Jaén en 1993, una época convulsa por la ola terrorista que azotaba el país. ¿Cómo vivió esos primeros años de servicio y su primer destino adjudicado?
– A mí me destinaron a Huesca, pero en ningún momento sentí reticencia a ir al País Vasco o alrededores. Viví esos años con mucho cariño e ilusión porque era y es el trabajo de mi vida. Mis padres, en cambio, sí tenían miedo por los asesinatos que estaban aconteciendo por aquel entonces. No me lo decían en el sentido de “están matando a gente” ni tampoco me dijeron nunca que no lo hiciera porque soy mujer, algo muy importante para mí. Sin embargo, la primera mujer Guardia Civil asesinada por un ataque terrorista fue precisamente en Huesca, en el 2000. Yo ya estaba trabajando en Cataluña, pero hubo gente que llamó a mi madre preocupada pensando que era yo.
– El 1-O en Cataluña también fue motivo de tensión en el Cuerpo y de queja, en su caso, hacia el exministro de Interior.
– Evidentemente. Aunque no estuviéramos allí presentes, lo sufrimos igual. Pero he de decir que durante esos días hubo gente incluso que vino al cuartel de la Guardia Civil de Calahorra a agradecernos la labor que habíamos desempeñado en Cataluña. Luego, encima, hay que soportar que pongan en tela de juicio la actuación de nuestros compañeros diciendo que habían hecho uso de una fuerza innecesaria y abusiva. Que me enseñen esas imágenes porque yo no las vi.
Algo que me enfadó sobre manera fue una carta que el exministro Juan Ignacio Zoido emitió el 29 de octubre de 2017 en agradecimiento a nuestros compañeros, olvidándose de las mujeres que también formamos parte del Cuerpo. Necesitamos ser mencionadas porque si no te nombran no existes. Hay que ser conscientes de que los cuerpos de seguridad en nuestro país se nutren de hombres y mujeres.
Katia Pérez.
– Su labor en el Comité para la Igualdad en representación de la ASESGC pretende especialmente eso, visibilizar. ¿Cómo está a día de hoy esa equidad en el Cuerpo entre hombres y mujeres?
– La Guardia Civil ha perdurado tantos años, ya más de 175, porque ha sabido adaptarse a los tiempos manteniendo siempre el valor que tienen los miembros del Cuerpo, hombres y mujeres. En 2014 decidió crear el Comité de Igualdad de Hombres y Mujeres, sumado al Área de Mujer e Igualdad que desde el 2018 trabaja a diario y exclusivamente por la igualdad en el Cuerpo a través de informes que analizan el diagnóstico de situación de 2017 donde sí ponía sobre la mesa la existencia de carencias en esta materia, como la discriminación salarial indirecta.
Yo he luchado en el Comité para que el permiso de paternidad no pudiera cogerse cuando a uno le da la gana, sino en las mismas condiciones que una mujer, ya que hay quienes opinan que la conciliación es una cuestión de menor importancia.
– ¿Qué porcentajes de mujeres se encuentran en la Guardia Civil?
– Con casi ya 32 años cumplidos desde que la mujer pudo incorporarse al Cuerpo (1988), tan solo cuenta con una representación del 10,7 por ciento en La Rioja. Una cifra superior, sin embargo, a la media nacional (7,6). En materia de igualdad, si los grupos minoritarios no tienen una representación mínima del 20 o 25 por ciento no son escuchados, y eso hay que cambiarlo porque tenemos que ser el referente para otras mujeres y niñas que necesiten comprobar que existen mujeres en esta institución y también ocupando puestos de responsabilidad.
Katia Pérez.
En nuestro caso, tenemos a una figura que representa perfectamente el empoderamiento femenino en la Guardia Civil. Silvia Gil, Comandante y también vocal del Comité es autora de la Guía del lenguaje no sexista en la Guardia Civil, así como la creadora de la Guía para la aplicación de medidas de conciliación en el Cuerpo. Pero, sobre todo, es coautura del Primer Plan de Igualdad de la Guardia Civil, en ejecución desde el pasado mes de julio y con el que se busca mejorar la institución en esta materia. Algo que nos diferencia de la Policía Nacional, cuerpo que carece de dicho plan y, por tanto, de un diagnóstico.
– ¿Ha sufrido alguna situación machista en primera persona a lo largo de su trayectoria profesional?
– Recuerdo una allá por el 2003, cuando investigábamos un caso de agresiones sexuales hacia menores, donde un hombre se llevaba a sus víctimas en coche al bosque. Un día, comprobando nuestras sospechas, localizamos en el monte a una pareja en un vehículo y al tocarles la ventanilla descubrimos que estaban cortando coca. Llamé al padre de la joven implicada, pero me colgó el teléfono al escuchar la voz de una mujer pensando que se trataba de una broma.
Luego él llamó al cuartel para comprobarlo, pero en ningún momento me pidió disculpas. Es más, cuando vino a buscar a su hija, estaba cabreado porque una mujer le había dicho que su hija estaba detenida. Son casos aislados que permiten reflejar el punto de partida y dónde nos encontramos ahora las mujeres de la Guardia Civil en materia de igualdad porque eso ya no pasa.
