Gastronomía

“Va desapareciendo esa generación preocupada por cocinar en Navidad”

Algo que diferencia a Pescados Marino, según su gerente Marino Martínez, es el “delicado trato con los clientes a lo largo de todo el año”. De ahí que su plantilla tan solo la compongan seis personas aun en temporada alta, como son estas fechas navideñas: “Es un sector donde existe muy poca gente verdaderamente profesional y si contratas a gente que conoce poco el negocio para estos días, además de no conocer a los clientes ni sus gustos te arriesgas a perder la esencia que te caracteriza, así que echamos más horas pero atendemos igual”.

En funcionamiento desde 1991, hace mes y medio este negocio familiar inauguró otro establecimiento en la calle Estambrera donde, además de ser una pescadería tradicional, oferta un vivero de marisco, un cocedero y un obrador donde se vende pescado ya cocinado listo para llevar, como tatakis de atún y salmón, calamares en su tinta, merluza a la cosquera o bacalao a la riojana. Una apuesta por un mercado que cada vez está más en auge, porque “va despareciendo esa generación preocupada en cocinar en las fechas de Navidad”, considera Martínez.

Y expone esta idea al percibir cómo “el relevo generacional no tiene ese espíritu de sacrificio de sus abuelas o madres, ya que prefieren disfrutar de los momentos en familia o con amigos en lugar de pasarlos en la cocina”. En este sentido, el dueño de Pescados Marino asegura que el género más demandado son pescados al horno sencillos de preparar, como la lubina, el rodaballo o el besugo, el rey de cada Navidad. La merluza, sin embargo, siempre está presente, a pesar de requerir más tiempo de preparación.

Mientras, en marisco sobresalen las almejas, las gambas para la plancha, las langostas o las angulas. La procedencia de todos los productos es totalmente nacional, a excepción del salmón noruego y el bacalao de Dinamarca. “Principalmente, tenemos proveedores en las lonjas de Galicia, Asturias, Guipúzcoa, Huelva y Cádiz, sobre todo en el caso del marisco que procede en su mayoría de Galicia”. Es la calidad de su género y su gran variedad lo que fideliza al cliente, pero también el trato que recibe.

Durante estos días festivos, Martínez asegura que las ventas pueden llegar a multiplicarse por cien o doscientos, atendiendo diariamente a cerca de mil personas. “Tenemos que atender a nuestra clientela fija, que puede suponer el 70 u 80 por ciento del grueso del público entre particulares y restaurantes, además de la que viene solo en estas fechas. Por ello ampliamos nuestros horarios los días 23 y 30 de diciembre, de 10 a 20 horas ininterrumpidamente, y el 24 y 31, de 9 a 14 horas”, apunta.

A pesar de estar presentes en las redes sociales, como Facebook o Instagram, esta pescadería todavía no ha atracado en el mercado online. “El producto que trabajamos es muy delicado y nuestro cliente es muy fiel, por lo que hay que elegir el producto ideal para él, ya que en el mundo de los productos online existe el ‘todo vale’ y no consideramos que deba ser así”.

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