La Rioja

Ni el Ebro es el Támesis ni Logroño es la City, pero…

Ni el Ebro es el Támesis ni Logroño es la City, pero…

Fotos: Amaya Garrido

No hay logroñés o visitante que estos días se prive de sacar su móvil y darle al click con la niebla delante. “Mira, no se ve nada”. Y entre tanto no ver nada, el valle del Ebro ha vuelto a convertirse en Mordor, ese país habitado por hobbits y que todos recuerdan por El Señor de los Anillos. El paisaje ha mutado en gris triste, pálido y frío. El invierno. La bruma ha conquistado las calles y los parques, convirtiendo Logroño en un Londres improvisado para sus habitantes. Por suerte, ni el Ebro es el Támesis ni el Casco Antiguo es la City. Allí no hay calle Laurel ni estas estampas para despedir el año.

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