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El Comillas cae goleado ante el Villarreal, pero vive una experiencia inolvidable

Foto: Eduardo del Campo

El Comillas ha caído ante el Villarreal en Las Gaunas (0-5) y cae eliminado de la Copa del Rey. Ha sido el primer encuentro de los jesuitas ante un rival de Primera en su historia. Y salvo el resultado, todo lo demás ha sido positivo. Borja, Ángel, Víctor, Adrián, Campo, Rodrigo, Pastor (Javi Gonzalo), Edu (Juanpa), Pablo, Borja (Balda) y Javi Jadraque. Todos ellos les contarán algún día a sus nietos que jugaron un partido copero ante más de 4.000 personas en Las Gaunas. El sueño cumplido de un equipo humilde, de currantes que tienen el fútbol como afición.

Un día que llenó a los más jóvenes de ilusión. A toda esa generación atrapada en la travesía en el desierto, para los que ese viejo Logroñés es algo lejano, o incluso totalmente desconocido. Todos ellos, a falta de un premio mayor, han gozado por una vez del fútbol de élite.

Pero sin lugar a dudas, los más eufóricos han sido Javi Adán y sus futbolistas. Recibidos con vítores y honores, los azulones han jugado alrededor de los Bacca, Ekambi, Ontiveros, Andrés Fernández, Rubén Peña… Jugadores típicos del FIFA, ahora frente a frente. El videojuego se ha hecho real. Con tres categorías de diferencia entre ambos conjuntos, la experiencia debía premiar sobre lo deportivo. Asumiendo una eliminación casi segura, a disfrutar. Ya tocará sufrir, concretamente este domingo frente al Casalarreina (domingo 12:00).

Foto: Eduardo del Campo

Leo Suárez se eleva para anotar de cabeza el primer tanto del partido. | Foto: Eduardo del Campo

Por ejemplo, el arquero Borja Pérez ha vivido en primera persona el ritmo de la máxima categoría. Tres disparos al larguero antes de los veinte minutos (Ekambi, Morlanes y Rubén Peña). Y posteriormente, los goles. El primero, a cabezazo de Leo Suárez y el segundo; de Carlos Bacca, tras una asistencia a placer de Lozano. 0-2 al descanso, la lógica aplastante. Pero claro, si el balompié fuera exacto, neutro, sin sentimientos ni emociones: ¿qué sentido tendría ser aficionado a esto?

Afortunadamente, es mucho más: el aliento de la grada, la euforia de un equipo humilde, la pasión, el ruido de vuvuzelas, el ‘¡oh!’ después de un regate, el grito desenfrenado, el aplauso tras una buena parada o un corte providencial, el grito unísono de un ataque prometedor (aunque éste sea en el centro del campo), los niños con ‘vuvuzelas’… Y por supuesto, la ovación de gala a a Santi Cazorla. Un auténtico ‘crack’ aplaudido en todos los campos de España. Logroño no iba a ser una excepción.

Foto: Eduardo del Campo

Foto: Eduardo del Campo

El asturiano volvía después de una lesión (otra más) y ha demostrado su calidad a lo grande. Remate con la diestra desde la frontal y a guardar. Era el 0-4, porque antes Bacca había firmado su doblete. Y su ‘hat-trick’, para completar la manita. Pudo llegar el póker, pero el colombiano marró un penalti, enviándolo a las nubes.

Tal y como vino, cual centella, se marchó el tren de la élite. Tocará luchar y pelear muy duro en 2020 para que la LFP vuelva a La Rioja. Dicen que cuando más se echa de menos algo, es como se pierde. Y este es otro caso más.

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