CARTA AL DIRECTOR

‘La chica de la limpieza del Ayuntamiento’

No hace mucho una persona me preguntó mi profesión. Le dije que soy auxiliar a domicilio para personas dependientes, a lo cual -quiero pensar que por ignorancia- me dijo: “¡Ah! ¿Las chicas de la limpieza del Ayuntamiento?”.

Suspiré, cogí aire y un poco de paciencia y le dije: “Sí. Hago de chica de la limpieza. Pero también hago de enfermera, cuidadora, farmacéutica, psicóloga, administradora, maestra, madre, hija, amiga, consoladora, manitas, peluquera, podóloga, costurera, consejera, confesora, cocinera, cantante, payasa, bromista, terapeuta y, sobre todo, ángel de la guarda”.

Y todo eso en una media de una hora diaria, corriendo con el culo pegado al reloj, de casa en casa, sorteando la niebla, granizo, lluvia, nieve, heladas o un sol abrasador. De un pueblo a otro para, a la hora, volver al mismo pueblo con el sabor agridulce de la sonrisa que recibo al llegar y la soledad que dejo al irme.

Recordando siete medicaciones distintas, tres citas de médicos y el último chisme contado, porque al volver te cuentan el segundo capítulo ¡y te van a preguntar para ver si les prestaste atención! Repitiendo incontables veces que me llamo Mabel, vivo en Logroño y tengo dos hijos (creo que lo he dicho más de cinco mil veces). Con la pena de que muchas veces no te reconozcan, porque ni ellos mismos se reconocen. Y todo eso con una sonrisa en la cara, una broma para hacerles reír y, sobre todo, mucho cariño.

Podría estar ganando lo mismo como dependienta, calentita en invierno y fresquita en verano, no levantando pesos muertos de 80 kilos ni “limpiando” todo lo que limpio y, además, sin hacer al coche 1.500 kilómetros al mes. Pero me encanta mi profesión. Lo que no me gusta es la falta de consideración y la ingratitud. Esto es lo que somos las chicas de la limpieza del Ayuntamiento.

*Puedes enviar tu ‘Carta al director’ a través del correo electrónico o al WhatsApp 602262881.

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