La Rioja

Tras las huellas de San Millán en el Valle de Ocón

Ninguno de los jóvenes que han participado en las excavaciones de Parpalinas durante una década podrían imaginar la temperatura que este viernes reinaba en el Valle de Ocón durante la inauguración del proyecto de consolidación de los restos de la iglesia tardoantigua que hay en la zona.

Durante años los jóvenes han sufrido temperaturas extremas, calores profundos y soles intensos. Esta vez, menos de seis grados, lluvia intensa y un aire que, hace comprensible que nuestros antepasados pusieran allí un molino de viento.

Primero, en el consistorio de Ocón se ha explicado la historia de estos restos arqueológicos. Urbano Espinosa ha señalado con detalle cómo habían sido los trabajos para poner en valor estos restos y, después, directores generales, concejales del consistorio y representantes de La Rioja Suroriental han acudido hasta el lugar donde se encuentran los restos de un yacimiento arqueológico.

Un lugar que posee un alto significado para La Rioja desde el punto de vista histórico y cultural, ya que San Millán se acercó hasta allí a mediados del siglo VI d.C., reclamado por el hacendado Honorio, propietario de la villa parpaliense, para realizar un exorcismo y liberar así la casa del demonio.

La presencia de San Millán en Parpalinas queda confirmada por el estudio de la ‘Vida de San Millán’, escrita por el obispo Braulio de Zaragoza en el siglo VII, y por las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo entre 2005 y 2008.

Restos antiguos en el presente

Las últimas exploraciones han sacado a la luz los restos de dos templos superpuestos, ahora rehabilitados. El más antiguo ya existía cuando San Millán llegó a Parpalinas y, sin lugar a dudas, fue el templo que él visitó y en el que realizaría rezos y liturgias junto a los presbíteros locales que le acompañaron durante la estancia.

El santuario visitado por San Millán fue desmontado pocos decenios después de su visita y sustituido por otro, de tamaño notablemente mayor, caracterizado por su ábside circular y por albergar en la nave una pila bautismal y un mausoleo para los miembros de la familia propietaria de Parpalinas.

Este templo desapareció hacia los siglos X/XI, y su solar se convirtió en cementerio durante la Edad Media. En este último periodo se levantó sobre la zona del ábside una pequeña edificación que tuvo funciones de culto.

La intervención que se ha llevada a cabo ha estado encaminada a la consolidación y protección de los restos materiales conservados, y al desarrollo de una sencilla musealización del yacimiento.

Además, y para facilitar la visita pública, se ha habilitado una zona de aparcamiento que ordena la circulación y estancia de vehículos y que da acceso a una plataforma de madera que, a modo de mirador elevado, permite contemplar el sitio arqueológico integrado en el paisaje del Valle de Ocón.

Subir