Comisiones Obreras ha advertido este jueves de que los datos relativos a La Rioja de la Encuesta de Población Activa (EPA) muestran “una desaceleración de la economía y su repercusión en el empleo”.
El sindicato destaca de la EPA la reducción el descenso de la población activa riojana en 2.600 activos respecto al anterior trimestre, lo cual “refleja el deterioro de la situación económica y laboral, marcada por la precariedad laboral, fruto de las reformas laborales y de los recortes de los últimos años”.
CCOO atribuye estos datos al “abusivo de los contratos temporales y bajos salarios” y cree que esta situación “frena a su vez el consumo de las familias y tiene su repercusión en el deterioro del crecimiento económico”. Como remedio, apunta que hay que seguir apostando por la mejora de los salarios para amortiguar la desaceleración y sostener la demanda interna y el consumo.
Por otro lado, advierte de que la diferencia salarial entre la población que más gana y la que menos es mayor que antes de la crisis y los niveles de pobreza siguen siendo muy altos. En el caso de La Rioja, el porcentaje de hogares con todos sus miembros activos en paro es del 5,53 %.
En este escenario CCOO sigue exigiendo la derogación “de los elementos más lesivos de la reforma laboral, la aplicación de políticas que fomenten el empleo de calidad y la mejora de los salarios y pensiones, y el refuerzo de los servicios públicos para atender las necesidades de aquellos que más lo necesitan”.
Dos caras de una moneda
La Federación de Empresas de La Rioja (FER) considera que la tasa de paro haya quedado por debajo del 9% (8,99%) “por el esfuerzo que hacen empresas y autónomos en la creación de empleo y riqueza”. No obstante, también comparte la “importante preocupación por la ralentización en el ritmo de descenso del paro”.
La empresa riojana destaca “la delicada situación de inseguridad e incertidumbre permanente en el que viven las empresas por la inestabilidad política nacional, el freno económico que vive Europa, la preocupación por el Brexit, la guerra comercial de los Estados Unidos, los aranceles, etc, que para nada contribuyen a la creación de empleo”.
“Las empresas precisan el máximo apoyo a su actividad y no nuevas cargas fiscales y subidas de impuestos que frenen su capacidad de crecimiento y la posibilidad de creación de nuevos puestos de trabajo”, concluye la FER.
