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La UD Logroñés sufre en Amorebieta para igualar su récord de victorias

La UD Logroñés ha vencido en Urritxe al Amorebieta (0-1), gracias a un solitario tanto de Lander Olaetxea. Los blanquirrojos no han encontrado, ni mucho menos, su mejor versión. Sin embargo, han sabido sufrir y aprovechar su ocasión, haciendo un partido de esos que ganan campeonatos. Con buen fútbol o sin él, este conjunto no para de sumar y manda un claro mensaje a todo el Grupo II: van en serio a ganar esta liga.

Ir a Urritxe siempre es difícil, más si se sale a especular. Los vizcaínos han salido a avasallar. Ni minutos de tanteo ni gaitas. Primer minuto y primera buena parada de Miño a disparo de Mikel Álvaro dentro del área. No había tregua y el meta catalán ha tenido que trabajar a fondo, especialmente en un testarazo a bocajarro de Arregi. Desconectados y profundamente dominados, los riojanos apenas han podido conectar tres pases seguidos. No había ni un plan ni ideas claras. Todas las opciones las aportaban los azules y el 0-0 resultaba prácticamente un milagro.

El Amorebieta ha salido a un ritmo elevadísimo, ya lo firmaría el mismo ‘Cholo’ Simeone. Un monólogo durante la primera media hora, con el arquero local Mikel Saizar como mero espectador. Esto tiene un problema: el elevado derroche de energía. Es imposible mantener un ritmo similar durante noventa minutos. Los blanquirrojos han empezado a despertar y han tenido una clarísima: balón hacia Ander Vitoria, mala salida del portero y le queda franca a Rubén Martínez. Lo ha intentado el mahonés a puerta vacía, pero el cuero ha salido fuera.

La UD Logroñés ha golpeado en un momento ideal, un minuto antes del descanso. Pase picado de Andy por encima de la defensa hacia Lander Olaetxea. Y remate suave al fondo de la red del de Abadiño, el rey de los campos vascos. Los ha mamado, los ha disfrutado y sufrido hasta la saciedad. 0-1 en un día gris de los de Sergio Rodríguez. Estos días en otras temporadas salían rana, pero todo ha cambiado. El equipo ha madurado y sabe que no siempre puede jugar bonito y dominar. Una lección muy importante, quizá incluso la puerta del fútbol profesional.

Lo más positivo del resto del encuentro es que prácticamente, no ha ocurrido nada. El día de la marmota, con los azules intentando empatar, pero con una gran sensación de impotencia y ante un bloque logroñés cómodo en su papel de aguantar la victoria. Finalmente, el crono se ha consumido. Final, 20 puntos y coliderato. ¿Se acuerdan de la “suerte” que tenían el Racing, el Eibar, el Albacete (todos acabaron ascendiendo)? Pues ahora, esa buena vibra se ha transmitido al bloque riojano. Tiempo para soñar…

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