La Rioja

Los jubilados riojanos ‘pelean’ por una plaza en el Imserso

Nueve de la mañana. Logroño amanece tranquila bajo un cielo plomizo. La procesión de personas que acuden al trabajo va con el piloto automático, pero al llegar a ciertos puntos, se ven obligados a sortear largas filas que se amontonan a las puertas de algunas agencias de viajes. “Perdone, ¿el último?”, “ese señor de ahí”.

La oferta justifica la aglomeración de clientes: ocho días de viaje por menos de 250 euros, gracias al nuevo plan del Imserso. No es de extrañar que la inquietud no ronde en torno a si reservar plaza, sino sobre si habrá algo disponible cuando los agraciados tomen asiento frente al ordenador.

“No sé si podremos coger algo, porque parece que hay muy poco”, indica el matrimonio formado por Gregorio (79 años) y Andrea (77), que optan a hacerse con algunas de las 20.000 plazas ofertadas en La Rioja pero que han volado en los días habilitados para reservarlas. “Hemos viajado ya tres o cuatro veces con el Imserso; a Peñíscola, Benidorm, Tenerife y Lanzarote, pero si no nos gusta el destino nos quedaremos en casa”. Hablan desde la experiencia y tienen claras sus condiciones: “Queremos irnos diez días, pero que no sea ni en noviembre ni en febrero”.

Otro de los habituales en las expediciones de pensionistas es José, de 77 años. “El año pasado estuve en Granada y anteriormente en Lloret de Mar, Benidorm y Canarias, aunque este año va a ser imposible pillar allí alguna plaza”, explica. Porque las ‘islas afortunadas’ lo son casi tanto como los jubilados que logran poner un pie en ellas con el Imserso: “Son siempre las plazas más cotizadas y cuando se abre el plazo en La Rioja ya casi no queda ninguna”, indica José, que se conforma con “ir este año a Almería, aunque no sé si será posible”.

La larga fila reúne a experimentados viajeros, pero también a noveles. Mikel (64 años) es uno de ellos y le delata su forzado gesto en la cola. “Es la primera vez que viajo con el Imserso y me gustaría un destino de costa, como Huelva”, señala. Eso sí, lo de los viajes grupales le atrae tan solo en el precio: “Mi idea es llegar al destino y montármelo por mi cuenta con mi señora; alquilarnos un coche y, si no lo hubiera, patearme la zona”.

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