La Rioja

Radiografía de la caza en La Rioja: datos, beneficios y “manchas negras”

La caza es una actividad con arraigo y tradición en La Rioja. Se trata de una disciplina diversa y polifacética, abierta a muchas posibilidades y formas de práctica. En términos generales, se debe distinguir entre caza mayor (animales mayores que un zorro) y menor (especies más pequeñas que esta especie). Eduardo Salazar, el presidente de la Federación Riojana, repasa en NueveCuatroUno la actualidad cinegética regional.

“La caza como actividad está bien en La Rioja y ahora mismo hay unas 9.000 licencias “, explica. En caza mayor y según su criterio, la densidad es buena en ciervos, corzos y jabalíes. Sin embargo, estas especies pueden generar problemas en los cultivos y accidentes de tráfico en las principales carreteras de la región. Marcelino García Toral, exentrenador del Valencia, ya sufrió un accidente de este tipo en la AP-68.

“Es un problema complejo que no solamente se da aquí. La densidad de jabalíes ha aumentado, pero al abandonar la actividad ganadera en la montaña, se ha encerrado más en zonas de valle en busca de alimento; transitan y cruzan carreteras”, aclara el presidente. La situación ha cambiado radicalmente, ya que anteriormente el jabalí siempre estaba en las montañas.  Sin embargo, hace pocos años, un jabalí sorprendió transitando por la circunvalación de Logroño.  Por otra parte, los corzos generan daños en los cultivos al circular en manada por las zonas más planas.

La caza menor se centra en unas pocas especies; la perdiz, el conejo y la liebre, como autóctonas; y la becada y la codorniz, como migratorias: “La temporada de media-veda (casi prohibición) de codorniz ha sido irregular, abundante en La Rioja Alta y escasa en La Rioja Baja. Hay abundancia de liebres y conejos, pero estamos cazando a estos todo el año por los daños que provocan en los cultivos”.

Caza y ecología: un equilibrio controlado

“Toda la actividad cinegética tiene que estar regulada. Esto se realiza mediante planes técnicos de caza; auditorías en los cotos donde un biólogo establece la potencialidad de que exista”, explica Salazar. En función de ese índice, se puede cazar con mayor o menor intensidad. Otra forma de control se establece en función de los daños y accidentes que se produzcan en el ecosistema”, indica Eduardo Salazar.

En caza mayor, las modalidades son la batida (ciervos) y el rececho (corzos): “Existe un mínimo a partir del cual no se puede cazar y otro índice es el potencial de caza óptimo”. Por ejemplo, una pareja de perdices por hectárea requiere un mínimo de reproducción. Si la dupla tiene cuatro o cinco pollos no hay problema, pero si no se reproducen, ese año queda totalmente prohibida su caza. De esa forma, se asegura la sostenibilidad de la especie y se le protege.

Y en ese sentido, el presidente de la Federación Riojana defiende su modalidad: “Estamos viviendo un momento crítico por la radicalización de sectores animalistas, fundamentados en el desconocimiento total de nuestra regulación. El cazador está obligado a destinar el 15 % de su presupuesto a mejoras del hábitat, se sujeta a planes técnicos, tiene seguros…”. Por otro lado, explica otros factores más lesivos para el hábitat (cambio climático, cambio en las prácticas ganaderas o la agricultura): “No me estoy metiendo con los agricultores, pero creo que la maquinaria y los pesticidas hacen más daño que la caza”.

La “mancha negra” de la caza

También proporciona otros argumentos para defender esta actividad: “En los sitios donde se deja de cazar, las especies cinegéticas van en auténtica regresión. Contribuye a la selección natural de las especies más dotadas. La caza selecciona de manera positiva y contribuye a la sostenibilidad de los animales y el medio. Evita accidentes, daños y preserva una especies que de otra forma, acabarían por extinguirse”.

Sin embargo, no niega que algunos cazadores actúen mal, pero pide no generalizar: “Los furtivos son esa mancha negra que nos ensombrece a todo el sector. Hoy en día está casi erradicado, pero eso no quiere decir que no haya gente que cometa delitos. Esto es al final como en el deporte y como en la carretera, siempre hay imprudentes”.

Éxitos para los cazadores regionales

La caza se incluye dentro de la Federación Riojana de Deportes y cuenta con hasta once modalidades (cetrería, becada, tiro al plato (recorridos): “Cuando la gente escucha recorrido de caza, lo asimila a la modalidad real y no es así. Es un tiro sobre platos que simulan las trayectorias de aves cinegéticas”. En este sentido, hay deportistas riojanos a alto nivel nacional e incluso mundial: “Tenemos a tres campeones de España de caza menor”.

“Hay gente que lo cuestiona, pero hoy está asumido que hablamos de un deporte. Hace falta un nivel físico considerable para realizarlo”, explica Salazar. ¿Y si un chaval quiere llegar alto? El presidente le marca el camino: “Que venga a la Federación y se informe acerca de los requisitos para poder tener una licencia de armas: muchas de las modalidades, como los recorridos, donde no se requiere licencia de caza. Además, es un deporte muy exigente y eso siempre es positivo”.

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