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Carlos Coloma ya rueda sobre el escenario de su nuevo sueño olímpico

Foto: Silvia Fernández Sainz

Silvia Fernández (Rincón de Soto) es de esas piezas indispensables en el engranaje de la maquinaria que fabrica campeones. Su labor no es pedalear por rampones imposibles ni cambiar neumáticos, sino dar visibilidad a las hazañas de Carlos Coloma como responsable de prensa, redes sociales, fotografía y vídeo del equipo BH Templo Cafés.

El riojano se encuentra en Tokio con sus compañeros de escuadra Jofre Cullell y Rocío del Alba García, además de otros componentes de la selección española: Sergio Mantecón, David Valero y Pablo Rodríguez. No están haciendo turismo, sino probando el circuito en el que el próximo verano Coloma aspira a volver a colgarse una medalla olímpica. El ‘test’ tendrá lugar bien entrada la madrugada de este domingo (hora española), pero la aventura ya ha comenzado.

La riojana lleva un año y medio trabajando con Coloma y no para quieta: “Durante la temporada, recorremos muchos países con la Copa del Mundo, pero siempre a nivel europeo. Nunca me imaginé un viaje transoceánico para una carrera preolímpica, y menos con 27 años. Es alucinante”. Ella ama su trabajo, aunque afronta unos días de tremendo estrés: “Cuando me toca un viaje estoy todo el día sin parar”. Fotos, vídeos, notas de prensa, la nueva bicicleta de Rocío para su debut en los Juegos… todo es un continuo torrente de acontecimientos.

Fuente: Silvia Fernández Sainz

La primera barrera en este peculiar país es el idioma: “En el mundo del mountain-bike se habla inglés, todos los países que están en el circuito lo hacen”. Los problemas vienen cuando se llega al hotel: “Todo el mundo habla japonés y casi nadie inglés; la nipona es una sociedad muy envejecida que no está tan acostumbrada”. La gastronomía tampoco es la acostumbrada: “Estamos comiendo sushi y hemos conseguido encontrar en la organización algún sandwich de pavo; como la dieta mediterránea no hay nada”.

La expedición ha tenido que desplazarse a la península de Izu (a una hora de Tokio). Como anécdota, allí se grabó el famoso programa ‘Humor Amarillo’, que tanto entretuvo a jóvenes y mayores en los años 90. La capital japonesa cobija a más de 37 millones de habitantes y no tiene espacio para toda la Villa Olímpica, así que el ciclismo ha tenido que trasladarse hasta este lugar. Sin embargo, no tienen tiempo para contemplaciones: “Vamos del hotel al circuito y del circuito al hotel, todavía no hemos podido ver la ciudad”.

Coloma afronta un circuito técnico y explosivo

Impulsada en parte por su trabajo, Silvia se ha aficionado a montar en bicicleta: “El primer día vimos la versión del circuito de cinco kilómetros y nos juntamos corredores y ‘staff’. Es precioso y muy técnico (piedras, rodalte, raíces…). No hay una recta en la que puedas pedalear cinco minutos seguidos”. Cree que la carrera se decidirá desde muy pronto y que habrá esfuerzos explosivos: “A Carlos y a Rocío les va mejor esto que otros donde hay subidas de kilómetro y medio”.

El que fuera bronce en Río 2016 afronta este nuevo compromiso tras la muerte de su abuelo Doroteo. Silvia le conoce bien: “Ha tenido un par de malas noches porque Carlos se acordaba mucho de su abuelito, que venía con nosotros a muchos viajes. Creo que el estar aquí, el marcarse un objetivo para 2020 le viene bien. Además, él cuando coge la bici es feliz siempre, porque es su auténtica pasión”.

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