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Jesús Mari Estebas, árbitro riojano de pelota: “Aquí no hay casi polémica”

La pelota profesional no podría existir sin los árbitros. Jesús Mari Estebas (Uruñuela) es juez de pelota y debuta por primera vez como colegiado en la Feria de San Mateo: “Te metes en esto porque has jugado y eres aficionado, luego te haces juez y ya para los partidos profesionales”. Según su punto de vista, se trata de un deporte muy tranquilo donde apenas hay polémica con los jugadores: “Mi relación con ellos es muy buena, son todos muy majos”.

Su trabajo comienza cuarenta y cinco minutos o una hora antes del inicio de los encuentros. Lo primero que debe hacer es un acta con los encuentros que se van a jugar. Él actúa como juez auxiliar y se sitúa por detrás del número 4. Y por delante de esa altura se sitúa el juez principal. Durante el partido, Esteban lleva consigo el cesto de pelotas disponibles (cada cierto número de tantos, los pelotaris tienen derecho a cambiar de material).

En esta ocasión, hará de mediador en tres partidos, entre los que destaca el estelar Bengoetxea VI-Martija frente a Altuna II e Imaz, donde el vencedor se juega el pase a la final. Eso sí, antes de nada toca revisar las instalaciones del frontón, en perfecto estado en el Adarraga: “Hay que comprobar que todo esté en condiciones y que el suelo y la pared estén bien. Este es un lujo de frontón, de los mejores”.

Muchos pueden pensar que los árbitros viven en una burbuja y aislados. Pero en la pelota, nada más llegar a la cancha, se rompe este tópico tan usado. Ellos conversan, se acercan a la grada, bromean con amigos… Antes incluso que su labor profesional, son aficionados a este deporte tan autóctono; con raíces en La Rioja, Navarra y País Vasco. Han convertido su pasión en su ocupación. Y más allá de fallos o aciertos, ante todo, disfrutan.

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