Tras un fin de semana prácticamente de relax en la vendimia 2019, la recogida de uva toma ritmo y tanto Rioja Alta como Alavesa van cogiendo velocidad. Las cifras de uva recibida en bodega a día 22 alcanza los 74.609.626 kilos. El “día D” se acerca, ése en el que el Consejo afirma sin medias tintas que “la vendimia se ha generalizado”.
Las últimas lluvias y la amenaza de focos de botrytis son los culpables de adelantos indeseados de vendimia por una parte y de retrasos forzados esperando poder entrar en el campo por otra. Nervios y constantes miradas al cielo buscando unos días de tregua que parece que llegan por fin.
Vamos por partes. De estos casi 75 millones, gran parte de la uva recogida se centra en Rioja Oriental. Allí las variedades blancas tempranas han dejado paso a las tintas, poca viura queda en las cepas y las blancas más tardías también están ya en los tanques de fermentación. Ya se encuentran en bodega 8.012.683 kilos de blanca, lo que deja claro que encara la recta final ya que el año pasado –con una cosecha sensiblemente más abundante– se recogieron en total 12.690.186 kilos.
El total cosechado en Rioja Oriental es de 50.327.556 kilos de uva entre tinta y blanca.
Algo más retrasadas andan Rioja Alavesa y Alta. En la primera se han vendimiado un total de 8.449.038 kilos de uva divididos en 5.098.412 kilos de tinta y 3.350.626 de blanca, notándose un fuerte incremento de la primera en la última semana, con casi tres millones de kilos de uva tinta. Recordemos que son kilos de uva que entran en bodegas de la zona, no necesariamente recogidos en la comarca.
Finalmente en Rioja Alta son 15.833.032 los kilos entregados que han entrado en las bodegas riojalteñas. 11.090.424 de uva tinta y 4.742.608 de blanca. El ritmo de recepción de la de color coge velocidad en estos últimos días en los que más de la mitad han llegado los últimos días de la pasada semana.
Resumiendo: 74.609.626 kilos de uva recogidos, resultado de la suma de 49.096.178 en La Rioja, 17.064.410 en Navarra y 8.449.038 en Álava. De cualquier manera, queda prácticamente todo por delante. Esperamos ansiosos a que deje de llover, corra el viento y el viñedo se asiente dos o tres días para que el agricultor tome la decisión más importante del año y poder decir aquello de “vendimia generalizada”.
