Hubo un conocido peñista de Logroño que, a base de reiterarlo como discurso de presentación, instauró el refrán que reza que “en las fiestas mateas saluda a todo el que veas”. Que los vecinos de Logroño gustan de tirar de vehículo para realizar cualquier desplazamiento (largo o corto) es algo sabido desde hace largo tiempo. Y que cuando las plazas de aparcamiento escasean saben improvisar, pues también.
La cuestión es que la cosa desemboca en todo un colapso en jornadas como la de este sábado, en la que el refrán bien podría mutar en “en las fiestas mateas aparca donde primero veas”. Basta con echar un vistazo a enclaves como Miguel Hernández, cerca la ribera del Ebro, donde uno pierde la cuenta si se pone a identificar coches mal estacionados.
“Estos son los obstáculos que tenemos que saltar para salir de casa”, denuncia un vecino de la zona, subrayando que “aparte del incivismo que se permite es un peligro porque se impide totalmente la entrada a los vehículos de emergencias”. Otra queja alusiva al mismo enclave señala que “puedo entender que el día de San Mateo o en las fiestas exista mucha dificultad para aparcar, pero cuando se supera ya lo racional ya no se puede aguantar”.
“Es un peligro para los que vivimos allí, porque cuando los coches salen marcha atrás hay que andarse con cuidado, señala, proponiendo como solución “adecuar uno de los carriles de general Urrutia para los coches ya que no tiene casi circulación. Ha habido mucho tiempo para solucionar estos problemas que se arrastran desde años atrás”.
Aun siendo la zona más afectada por esta situación, Miguel Hernández no es la única. En otra imagen similar, otro vecino ironiza celebrando la inauguración del “nuevo aparcamiento público en El Campillo”.
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