La joven riojana Clara Landaribar ha formado parte de los 45 universitarios que han participado en la novena edición de ‘Ruta Siete ULPGC’, un viaje formativo organizado por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, su fundación y BBVA. Durante 35 días han recorrido todo el archipiélago y han recibido formación en emprendimiento social, desarrollo personal y las demandadas ‘soft skills’, a la vez que han realizado acciones voluntariado social y ambiental.
Los jóvenes, procedentes de más de siete países diferentes, han sido seleccionados en un proceso en el que participaron algo más de dos mil candidatos. Entre ellos se encontraba Clara Landaribar, que cursa sus estudios en la Universidad Politécnica de Madrid.
Durante las últimas cinco semanas han tenido la oportunidad de recibir formación de profesionales del mundo empresarial, universitario y del tercer sector. Destacan, entre otras visitas, las de Elena Pita, responsable de la Unidad de Cambio Climático de Naciones Unidas para Latinoamérica y Caribe, el consultor y escritor Carlos Hernández, un equipo del departamento de Design Thinking de BBVA, etc.
Además, a través de la metodología, actividades, retos y dinámicas de trabajo han podido poner en práctica habilidades transversales como la empatía, la proactividad, el compromiso, el valor del esfuerzo o el trabajo en equipo, que forman parte de las cada vez más demandadas en el mercado laboral ‘soft skills’.
Los ruteros han tenido la oportunidad de interactuar con el entorno y desarrollar en las diferentes islas actividades de colaboración de diferente tipo, como limpiezas de playa, curso de primeros auxilios para cetáceos, riego de zonas reforestadas, mantenimiento de zonas para prevención de incendios, visitas a centros de mayores, etc.
Una experiencia transformadora
Ruta Siete ULPGC recorre Canarias apostando por un aprendizaje transformador potenciando el trabajo personal y el desarrollo de habilidades y competencias. Los más de 405 participantes que ya han participado en Ruta Siete ULPGC es una vivencia personal y reflexiva que va más allá de las distancias recorridas.
Son los propios jóvenes los que califican la experiencia como transformadora. Se han enfrentado situaciones nuevas y han asumido responsabilidades a las que no están acostumbrados, poniendo en práctica competencias como el trabajo en equipo, liderazgo, resolución de conflictos, iniciativa, etc.
Los participantes destacan que la experiencia en las colaboraciones realizadas les ha mostrado la importancia de que 45 personas aportando su pequeño granito de arena pueden generar un cambio positivo en su entorno. Señalan también como el trabajo en equipo y las pequeñas acciones bien hechas pueden tener impacto.
